Comenzó un nuevo año calendario para la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe. Año que, como adelantó su director Silvio Viegas a fines del 2024, estará lleno de desafíos artísticos. Partiendo de esa base, el Maestro decidió, allá por diciembre, empezar fuerte. El concierto de apertura, dirigido por él, fue el viernes 28 por la noche en el Centro Cultural ATE Casa España de la ciudad de Santa Fe. Dos días antes del evento, las entradas, que siempre son gratuitas, ya estaban agotadas. Más de setecientas personas anticiparon lo que iba a ser un concierto de alto nivel. Entre tanto público, también asistieron autoridades como el secretario de Desarrollos Culturales de la Provincia de Santa Fe, Paulo Ricci, y Federico Bastías, director Provincial de Articulación Interinstitucional, entre otros.
Desde la orquesta, el encuentro se promocionó como “Esencia Tchaikovsky”. Como su nombre lo adelantaba, el programa constó de dos obras del afamado compositor ruso: «Concierto para piano y orquesta Nº 1 en si bemol menor, Op. 23» y «Sinfonía Nº 4 en fa menor, Op. 36». ¿La joya de la corona? El joven y afamado pianista brasileño Estefan Iatsekiw participó como solista invitado.
El orden marcaba que la noche comience con Estefan al piano y así fue. Su corta edad engañaba la vista cuando puso de manifiesto su dominio del teclado. Fue impecable en la ejecución sin partituras, con una técnica depurada y una musicalidad admirable. Cada nota ocupó su justo lugar, como si el instrumento fuera una extensión de su cuerpo, vibrando y respirando con él. Sus manos no tocaban el piano, lo hacían cantar, demostrando no solo su talento, sino una conexión mágica con la música.

La ovación para Estefan fue sobrecogedora, consistente con su desempeño. La sala completa se puso de pie para elogiarlo, reconociendo su calidad artística y su nivel. Como devolución, Iatsekiw interpretó como bises los «Preludios Op. 32» de Sergei Rachmaninoff y seguidamente la versión para piano de «Tico-Tico No Fubá» de Zequinha de Abreu (música típica de su nación), y los aplausos se renovaron.
Tchaikovsky puro
Pausa por medio, se pudieron escuchar las notas de la cuarta sinfonía, obra profundamente autobiográfica que refleja los tormentos internos del autor, donde el destino juega un papel central. Es una obra emotivamente apabullante donde se puedo ver a un director manejando la misma intensidad. Viegas dio testimonio con todo su cuerpo de la lucha y la redención que Tchaikovsky plasmó en las partituras.
Al finalizar la música, el público volvió a incorporarse y a ovacionar a los músicos y al Maestro, confirmando una vez más la fidelidad con la orquesta que saben propia.
Fue un gran inicio de temporada para la Sinfónica santafesina, y todavía queda mucho por develar.