El Coro Polifónico Provincial, dependiente del Ministerio de Cultura de Santa Fe, realizará el quinto concierto de la temporada. La función se realizará en el Santuario Nuestra Señora de los Milagros (San Martín 1588, Santa Fe), con entrada gratuita y por orden de llegada. En esta ocasión, el coro dirigido por Virginia Bono sumará la participación especial de la solista santafesina Soledad Cardoso y de la Orquesta del Festival Música Barroca de Dos Mundos. La selección y edición del repertorio estuvo a cargo del profesor Bernardo Illari.
El programa de este concierto, denominado «Un Barroco de los Otros. Celebraciones Musicales de América», estará integrado por obras de los compositores Manuel de Sumaya, Domenico Zipoli y Florian Paucke. El concierto marcará un hito importante dentro de la historia del Coro Polifónico porque se interpretarán obras musicales que no se ejecutan desde hace muchos años.
El musicólogo Bernardo Illari, responsable de la selección y edición de este repertorio dio detalles del mismo: «Hay muchos Barrocos musicales. Reconocemos al de Bach, Vivaldi, Telemann y Handel, pero existen varios más, mucho menos transitados. Aquí presentamos dos Barrocos de América, que debe sus diferencias a los Otros. El primero viene del norte y corresponde al maestro mexicano Manuel de Sumaya, único y distinto. Sus extraordinarias obras fueron fruto de su privilegiado talento, junto con una sensibilidad peculiar y una técnica impecable y renovadora; quizás es el más importante de los creadores del período colonial americano».
«Para nuestro segundo Barroco nos mudamos al extremo sur del continente. Allí (o más bien aquí), los jesuitas utilizaron la capacidad de la música para comunicar emociones a través de las barreras lingüísticas y culturales, y convencer a los Otros a convertirse a su cristianismo. En 1749, uno de ellos, Florian Paucke, apenas llegado de su tierra, notable compositor y avezado violinista, recibió el encargo de crear música para las Vísperas y la Misa patronal del templo cordobés de San Ignacio de Loyola (30 y 31 de julio) mientras completaba los estudios para el sacerdocio. Los manuscritos musicales de Paucke se perdieron al completo. Sin embargo, años después del evento cordobés, las misiones de Chiquitos —cuya música sí se conserva— recibieron un juego de Vísperas anónimo y lo incorporaron al repertorio. Ciertos detalles técnicos prueban que la música, muy inspirada, fue escrita en América por un amateur, y a mediados del siglo XVIII», agregó el profesor Illari.
«Por todo esto me atrevo a proponer la reconstrucción que aquí estrenamos. El núcleo del servicio de Vísperas, en la tarde anterior al día de la fiesta, incluye cinco salmos y un Magnificat con sus antífonas, un himno y otras plegarias (cantadas o no). Aquí utilizamos cuatro salmos y un Magnificat del juego anónimo, más un Salve y una antífona del mismo compositor (que creo fue Paucke). En Chiquitos, reemplazaron el quinto salmo del juego por otro que ya cantaban, distinto del resto; aquí lo descartamos. En su lugar, presentamos otro, escrito para la ocasión, que armoniza con el conjunto. Las antífonas de los salmos fueron con seguridad escritas hacia 1724 por Domenico Zipoli, para sus propias Vísperas de San Ignacio. Dado su prestigio, Paucke debe haberlas reprogramado. Para el himno, fue necesario emplear música chiquitana (¿de Martin Schmid?). Abrimos el concierto con el estreno moderno de un brillante motete de Resurrección de Zipoli para soprano solista, violín y doble coro. Toda esta música fue creada ‘a medida’ para conjuntos multiétnicos de Córdoba y de las misiones. A ello quizás debe su accesibilidad, su poder de convicción y su fuerza expresiva dentro de una singular sencillez técnica», destacó el académico.
Gracias a un trabajo musicológico que desde hace tiempo se dedica al rescate y reconstrucción de partituras olvidadas, permitirá que músicas largamente silenciadas vuelvan a cobrar vida, ofreciendo al público una experiencia única: escuchar composiciones que el tiempo había dejado atrás, que tienen que ver con la cultura santafesina y está directamente relacionado con la presencia de los jesuitas en el territorio santafesino en el siglo XVIII.
Por su parte, para la solista invitada no será un concierto más. «Es para mí un placer y un honor cantar como solista junto al Coro Polifónico Provincial de Santa Fe. Me hace especial ilusión porque será mi primer concierto en Santa Fe tras 27 años residiendo en España, y mi reencuentro con colegas y amigos con los que mantengo estrecha relación a pesar del tiempo y la distancia. El programa que interpretaremos está dedicado al barroco latinoamericano, un repertorio que me resulta particularmente cercano, ya que desde los inicios de mi carrera me he volcado en la interpretación de la música de los siglos XVII y XVIII. Me emociona especialmente aportar mi pequeña contribución a la difusión de obras como la Misa de Manuel de Sumaya o las Vísperas de San Ignacio, atribuidas en gran parte a Florian Paucke, misionero jesuita que vivió y trabajó en nuestra región dejando un valioso testimonio musical y cultural del barroco en el territorio santafesino. Compartir este proyecto con el Coro, una institución tan prestigiosa de nuestra provincia, bajo la dirección de la maestra Virginia Bono y junto a destacados músicos especialistas, me llena de alegría y agradecimiento. Confío en que el público santafesino disfrutará mucho con la recuperación de este hermoso y poco conocido patrimonio musical de nuestro continente», manifestó Soledad Cardozo.
