La Casa de Vera Muxica es un espacio ambientado interactivo que recrea una casa principal en la originaria ciudad de Santa Fe durante la primera mitad del siglo XVII. Ubicada en el Parque Arqueológico «Santa Fe la Vieja» (Ruta Provincial Nº 1 km 78, Cayastá), se propone como un ámbito que permite conocer distintos aspectos de la vida cotidiana en la ciudad fundada por Juan de Garay en 1573. La historia del inmueble, uno de los espacios más convocantes del Parque Arqueológico, está asociada a un nombre, el del empresario español Rafael del Pino y Moreno, y a una historia muy particular.
La creación de la Casa de Vera Muxica obedece al encuentro fortuito entre Rafael del Pino (empresario español obsesionado por sus antepasados en tierras americanas), y una prima, que era a su vez amiga de quien era directora del Archivo Histórico Provincial de Santa Fe: Ana María Cecchini de Dallo.
Las palabras de la licenciada Cecchini de Dallo, historiadora, ex directora del Archivo Histórico, ex subsecretaria de Cultura de la Provincia y actual presidenta de la Asociación Amigos de Santa Fe la Vieja, nos permiten conocer detalles y anécdotas de la relación que se formó con Rafael del Pino y Moreno, y que derivó en un espacio de disfrute para los visitantes al parque. «Rafael del Pino y Moreno era todo un personaje», comienza diciendo. «Era un empresario español, dueño de una firma ferroviaria, que había venido algunas veces al país por cuestiones de negocios, pero también porque mantenía cierto contacto con familiares argentinos, descendientes del Virrey Joaquín del Pino y su esposa la Virreina Rafaela de Vera Muxica».
“A fines de los ´90, Don Rafael le cuenta a una prima lejana que vivía en Buenos Aires que estaba armando su árbol genealógico, que la parte europea la tenía prácticamente completa, pero que le faltaban datos de sus familiares en Argentina, los relacionados al Virrey del Pino», sigue la historiadora. Cabe destacar que el Virrey nunca vivió en Santa Fe la Vieja porque nació en 1729 en España, y la ciudad ya se había mudado hacía rato. Tampoco vivió en Santa Fe de la Vera Cruz. El Virrey vivía en Buenos Aires.
Volviendo a la prima de Don Rafael, ésta le cuenta que tiene una conocida en Santa Fe, directora del Archivo Histórico y que quizás ella le podría dar una mano en su búsqueda de información. Mercedes (la prima porteña) le da el teléfono de nuestra especialista y esa casualidad fue el punto de partida de un vínculo que se extendería por años.
Corría el año 1999 y el Archivo Histórico Provincial comenzó a recibir varias consultas, muchas consultas, relacionadas con la documentación de la familia Vera Muxica, papelería que se conservaba tanto en el edificio del Archivo como en el Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales.
Quien llamaba por teléfono era Don Rafael del Pino y Moreno, nacido y criado en Madrid, pero conocedor del mundo. Decía ser descendiente del Virrey Joaquín del Pino, casado en segundas nupcias con la santafesina Rafaela de Vera Muxica, segunda virreina consorte del Río de la Plata de origen criollo.
Don Rafael se presentaba como un apasionado por la genealogía, presidente de una fundación española y expresaba que era su deseo dejar una huella en la tierra de sus antepasados. «A quienes trabajábamos en el Archivo en aquella época nos sorprendía bastante la insistencia y la perseverancia de este hombre. Hasta había contratado un genealogista -recuerda Ana María-. Llamaba por teléfono todas las semanas, nos pedía documentos, nosotros hacíamos fotocopias ¡y las mandábamos por correo postal!. Eso durante meses y meses, muy muy compenetrado Don Rafael».
«Recuerdo que en aquella época era muy caro hablar por teléfono al exterior y a mí me preocupaba que Don Rafael gastara mucho dinero en las larguísimas conversaciones que teníamos. Un día, indagando un poco en internet, descubrimos que la Revista Forbes lo incluía en el listado de personas más ricas de Europa. Y nosotros preocupados por la factura telefónica», agrega Cecchini de Dallo entre risas.
Dejar una huella
Para el año 2000, miembros del Archivo Histórico santafesino viajan a España a un congreso y se producen varios encuentros en persona con Don Rafael. Uno de ellos aconteció en la sede de la Fundación Rafael del Pino, creada por él para establecer y sostener vínculos con América, con Argentina, con Santa Fe. En su despacho, el empresario junto a su genealogista desplegaron el árbol genealógico que «medía como 16 metros». «Cuando lo completó, nos mandó una copia que aún conservamos», apunta la entrevistada.
«El segundo encuentro fue en su casa. Ahí nos mostró una bóveda en la cual guardaba los retratos de sus antepasados, incluido un cuadro que aseguraba era el retrato de Rafaela de Vera Muxica. Don Rafael aseguraba que a él lo habían llamado así en recuerdo de la Virreina», prosigue.
Luego de la cena, «le hicimos conocer nuestro sueño, proyectado por la Dirección del Parque Arqueológico, de construir una casa réplica ambientada y además una maqueta de la ciudad de Santa Fe antes del traslado» -continúa Ana María-. «Sabíamos por las propias palabras de Don Rafael que su gran deseo era dejar una huella en la tierra de sus antepasados, así que muy sutilmente le hicimos saber también que no teníamos los fondos para concretar nuestros anhelos de la casa y la maqueta».
En el 2001, como parte de las actividades de la Fundación, Rafael del Pino viajó a la Argentina con un importante contingente de historiadores españoles y un variado programa, parte del cual se llevó a cabo en Santa Fe. Conocieron el Parque Arqueológico y los museos donde se exhibe el material arqueológico hallado en él. Durante la visita a Santa Fe la Vieja, al lado del Museo de Sitio, Don Rafael plantó un árbol, un ceibo, especie originaria de Sudámerica, cuya flor es la Flor Nacional Argentina y es una de las plantas que más abunda en la región litoral.
«Estaba contentísimo de estar en el mismo suelo que habían caminado sus antecesores, realmente feliz. Plantó el árbol con sus propias manos y estaba visiblemente emocionado por estar ahí», continúa recordando.
La financiación del proyecto
Unos meses después de esa visita, en diciembre de 2001, y en medio de la profunda crisis económica y estallido social en nuestro país, Del Pino llamó y anunció que la Fundación había decidido financiar ambos proyectos: casa y maqueta. Y para canalizar los fondos firmó un acuerdo con la Asociación Amigos de Santa Fe la Vieja, que los administró eficaz y admirablemente.
«Fue un notición. Por fin podríamos dotar al Parque de dos recursos muy valiosos que enriquecerían enormemente la misión de divulgación histórica y la misión educativa del sitio -añade-. Pero nos enfrentábamos, al igual que muchos argentinos, a luchar un montón para poder sacar el dinero del banco».
Sabiendo que iban a disponer de los fondos, las instituciones involucradas en el proyecto (el Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales, dependiente de la por entonces Subsecretaría de Cultura de la Provincia, el Archivo Histórico Provincial y la Asociación Amigos de Santa Fe la Vieja) conformaron un equipo con participación exclusiva de investigadores santafesinos, arquitectos, artistas, constructores, artesanos y colaboradores de la región, todos ellos dispuestos a trabajar con gran entusiasmo y dedicación.

«Cuando empezamos a definir el proyecto de Casa Ambientada, casa réplica, tomamos la decisión de que estuviera vinculada a la familia de Rafael del Pino. Teníamos documentos y estudios testamentarios, teníamos el diseño de la planta de la casa, los nombres de los que podían haber vivido allí y que podían estar presentes en el relato global», explica Cecchini de Dallo.
La Casa Ambientada, entonces, se propuso como una evocación de la Casa de los Vera Muxica, fundamentada histórica y arqueológicamente con rigor, pero sin proponerse como una reconstrucción exacta de lo que fue.
Inauguración y emoción
Sorteadas las dificultades económicas, ya en el año 2003 y luego de un tiempo intenso de trabajo, Don Rafael del Pino, con quien se había creado una fuerte corriente de afecto, volvió a Santa Fe. Fue el 22 de septiembre de ese año cuando se inauguraron la Casa y la maqueta realizadas.
Ese día, en Santa Fe la Vieja, se presentó la maqueta de la antigua ciudad, tal y como era antes de su traslado. Con una superficie de 6×5 metros (escala 1:125), se trata de una obra notable por la exactitud y detalle con que está realizada y constituye la gran pieza didáctica del Museo del Sitio del Parque Arqueológico donde se encuentra instalada.

Luego quedó inaugurada la réplica de la que debió ser la Casa de los Vera Muxica en la antigua Santa Fe. Con inocultable emoción y orgullo, Don Rafael cortó las cintas junto a quienes habían trabajado codo a codo e incansablemente para concretar el sueño de la Casa Ambientada.
Más temprano, en la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, Don Rafael del Pino y miembros de la Fundación hicieron entrega al gobernador de la provincia de una réplica fidedigna del Estandarte Real de la antigua ciudad de Santa Fe. Acto seguido, en los jardines del Museo Etnográfico y Colonial Juan de Garay, se procedió al descubrimiento de un busto de Rafaela de Vera Muxica, santafesina y segunda virreina consorte del Río de la Plata de origen criollo.

Así, tal y como fue contado desde el inicio de esta líneas, la Casa Ambientada de Vera Muxica dice presente en el Parque Arqueológico Santa Fe la Vieja gracias al encuentro fortuito entre un empresario español, la pasión por sus antepasados y la amiga de su prima.
«Las cosas hay que hacerlas con amor, con la cabeza fría pero con el corazón muy caliente»
(Rafael del Pino y Moreno, 1920-2008).
La Casa Ambientada por dentro
Las características de la casa réplica, su misión didáctica, las rutinas domésticas y laborales cotidianas de los primeros santafesinos y un montón de cosas más, merecen un relato aparte, que se puede leer acá.
Visita virtual
Si al leer esta líneas te dieron ganas de visitar por primera vez Santa Fe la Vieja o te dieron ganas de volver al Parque Arqueológico y no podés hacerlo de manera presencial, te invitamos a hacer el recorrido virtual 360º en https://www.santafelavieja.gob.ar/
