«Heroínas» es una experiencia teatral única, que reúne a nueve actrices que se ponen en la piel de mujeres de la historia para relatar parte de sus vidas, y compartir con el público sus epopeyas silenciadas o desconocidas. Cada espectador podrá acceder a tres relatos, en una puesta en escena intimista, que invitará a reflexionar sobre el potencial desconocido que todos tenemos. Como música invitada estará Giorgia Pasero, tocando en vivo, recibiendo a los espectadores y articulando los momentos escénicos. La dirección de la obra está a cargo de Juan Nemirovsky, y actúan Laura Copello, Romina Tamburello, Mariana Pevi, Sofia Dibidino, María Lenci, Noemí Asenjo, Natalia Pautasso, Gisela Sogne y Macu Mascia.
Como parte del ciclo Plataforma Escénica, «Heroínas» se presentará el domingo 2 de noviembre, a las 21, en la Terraza de Plataforma Lavardén (Mendoza 1085, Rosario). Las entradas se pueden adquirir en entradaslavarden.com y en la boletería de Sarmiento y Mendoza. Sofía Dibidino y Mariana Pevi, actrices del elenco, brindaron precisiones sobre diferentes facetas de la puesta que subirá a escena este domingo.
– La obra propone una experiencia intimista. ¿Qué intención estética o simbólica hay detrás de esa estructura?
– La propuesta de «Heroínas» al ser intimista genera una conexión directa con el público, al intercambiar miradas y emociones cara a cara con el espectador o espectadora, que disfrutan de tres historias diferentes. Estas mujeres cuentan ante sus ojos y con esta cercanía las proezas de sus luchas, pasiones, amores, arte y desamparo. La decisión estética implica un clima de intimidad, de «confesión», en el cual cada actriz transforma en testigo, a cada espectador, de la historia que les comparte.
– ¿Cómo incide la cercanía con el público en el modo de actuar y en la recepción de las historias?
– La experiencia de una cercanía extrema con la actriz genera una complicidad y un feedback con el espectador que no es la habitual en obras de teatro (que suelen tener una puesta clásica o a la italiana). Aquí el contacto es directo, lo cual a su vez genera una intensidad muy particular, en la que la espectación se convierte en una vivencia teatral diferente. Dicha cercanía permite que la actuación pueda desplegar sutilezas, susurros, contactos, miradas, etc.
– ¿Qué tipo de reflexión o resonancia esperan despertar en quienes asisten?
– El acontecimiento teatral, cuando se establece, resuena en los espectadores y ellos, al igual que las actrices, se transforman mutuamente. Es el contacto humano, el que nos sensibiliza, y el teatro que nos hace redescubrir emociones quizás más profundas. Particularmente en «Heroínas», la puesta en escena intimista, conjugada con las historias de vida que se relatan, suelen generar reflexiones sobre: (como dice Rody Bertol) «el potencial latente y desconocido que todos los seres humanos tenemos».
– ¿Consideran que el teatro puede funcionar como un espacio de reparación para las voces femeninas del pasado?
– Sí. La búsqueda de la obra es la trasmisión de las epopeyas que estas mujeres labraron durante toda su vida. La mayoría de ellas fueron silenciadas o anónimas y a través de las voces de las actrices queremos que se conozcan, valoren y reivindiquen en la actualidad. Ellas fueron: Vivian Maier (1926/ 2009), Susana Grisel Viganó (1920/ 1994), Nina Berbérova (1901/ 1993), Rosa Campusano (1796/1851), Ada Falcón (1905/2002) y Dora Ratjen (1918/2008).
– Si tuvieran que definir el espíritu de la obra en una sola palabra, ¿cuál elegirían y por qué?
– Elegiríamos tres palabras: Transgresora – Resistencia – Lucha. Transgresora, desde la puesta hasta el contenido. Resistencia es el factor común entre todas las heroínas y sus diversas historias de vida. Lucha: si bien la obra es previa al movimiento feminista de los últimos años, en este contexto, se resignifica como un grito de lucha.
– ¿Cómo dialoga la intervención de la música con la dramaturgia y el ritmo escénico?
– La música en vivo es interpretada por una mujer, introduce el comienzo de la obra e interviene articulando los relatos y acompañando cuadros escénicos. En cada función, hay una artista invitada diferente, cada una de ellas suma una nueva voz femenina a la puesta.
– ¿Cómo fue el proceso de creación en un elenco integrado por nueve actrices?
– En los comienzos, en el año 2015, con una idea de Rody Bertol, el grupo Rosario Imagina convocó a 15 actrices que trabajaron sus monólogos cada una con una directora o director. El equipo se completaba con la dirección general de Juan Nemirovsky y el diseño de luces de Alejandro «Chavo» Ghirlanda. En este formato se estrenó «Heroínas», justamente en Plataforma Lavardén, y se mantuvo durante los primeros años con funciones en distintos espacios. Con el transcurrir del tiempo, se consolidó un elenco estable de 9 actrices.
– ¿Qué esperan que permanezca en el público después de la función: una pregunta, una emoción, una nueva conciencia?
– Todo eso. Una obra queda resonando, luego decanta. Y en ese decantar pueden quedar imágenes, una melodía, un paisaje lumínico, una historia, una pasión, un gesto, una mirada… Algo que germine luego en el espectador y le dé gusto de recordar, que lo conecte con su emoción y sensibilidad.
