Una historia situada en un futuro impreciso, en un escenario postapocalíptico donde se ha desatado un desastre social por una epidemia de miedos. Una historia esencialmente trágica desde un abordaje tragicómico: esa es la propuesta artística de la obra «Ensayo sobre el miedo», escrita por Federico Polleri y dirigida por Mauricio Marc, que se presentará en el cierre de Escénicas en la Cervantes, ciclo del Ministerio de Cultura.
La obra e inscribe dentro del teatro épico de Bertolt Brecht, con una estética basada en la poética de Samuel Beckett, y se podrá disfrutar el domingo 7 de diciembre a las 21 en la renovada sala Cervantes de Casa España (Rivadavia 2871, Santa Fe). Las entradas tienen un valor de $12.000 y se pueden adquirir en ATE SOCIAL (Rivadavia esq. Hipólito Yrigoyen) de lunes a viernes de 8 a 15.30 h. Hay descuento para jubilados y afiliados a ATE.
Mauricio Marc, director de esta puesta, habla sobre futuro distópico donde el miedo ha causado una epidemia y que permite reflexionar sobre los propios miedos, individuales y colectivos
– ¿De qué se trata «Ensayo sobre el miedo»? ¿Por qué la elección de esta obra de Federico Polleri?
– Es una obra que habla de una distopía grotesca, como su nombre lo indica, en un futuro postapocalíptico luego de una pandemia de miedos. La elección de la obra fue muy interesante porque, en realidad, tuve la oportunidad de verla en Mar del Plata. Federico la escribió en el 2017, casi anticipándose a la pandemia y realmente quedé maravillado. La intención era poder realizarla en Venado Tuerto con el grupo del Galpón del Arte y, por suerte, tuve siempre contacto con la compañía La Rosa de Cobre de Mar del Plata, el grupo fundado por Polleri, así que hablamos con Federico y él amablemente nos cedió los derechos para que la podamos hacer. Nos parecía que poder hacer y realizar esta experiencia junto con el público de Venado Tuerto era necesario para sembrar preguntas, para pensar en disparadores, para pensarnos a nosotros mismos. Y la verdad es que fue una elección importante porque tenía que ver con esto también de poner al grupo en trabajo. Estuvimos todo el año trabajando y fue estrenada en enero de este año en el marco de los 40 años de la celebración del grupo, donde todos los días de enero realizamos un estreno.
– ¿Cómo fue el trabajo actoral para encarar a estos sobrevivientes de una pandemia?
– Para el trabajo con los actores, que son muchos, trabajamos en principio en duplas y tríos, buscando un poco la organicidad de estos personajes que tienden a ser estereotipados en torno a los miedos. También hicimos un trabajo de investigación hacia los propios miedos de los intérpretes y cómo estos se vinculaban un poco con el texto que nos proponía Federico. Y la verdad que fue una labor muy intensa, de mucho entrenamiento porque queríamos hacer nuestra propia versión y buscar nuestras propias maneras de contar. Fue un ejercicio de búsqueda, de intensidad y emotivo también, al entrecruzarlo entre el texto y nuestras realidades. La verdad es que fue muy movilizador. Y estuvimos trabajando, en principio, así, en duplas y en tríos, junto con la asistencia de dirección de Élida Albarracín. Y después, ya hacia el final de la búsqueda, empezamos con el montaje total, que tiene una apuesta muy interesante, muy coreografiada, con muchos apagones, y eso nos permite estar todo el tiempo alerta en el escenario. La verdad que es muy dinámica y nos permite, de alguna manera, estar en un cuerpo presente de estos actores que les demanda no solo un trabajo físico importante, sino también un trabajo intelectual de sostener la obra que es muy rítmica.
– Vivimos en una época donde hay una cierta instalación del miedo, del miedo a todo. La obra también invita a pensar y reflexionar sobre cómo nos estamos vinculando en la sociedad. ¿Cuál es la reacción/devolución de la gente después de ver la obra?
– Estamos muy contentos y contentas con la recepción del público. Estuvimos haciendo una temporada a sala llena y la verdad que la obra invita a la reflexión personal y subjetiva, por eso nos hemos encontrado con gente que ha vuelto a verla con la necesidad de encontrar otros signos, otros espacios. Y la verdad es que hemos tenido devoluciones muy hermosas no sólo sobre el texto, sino sobre lo que se llevan subjetivamente, porque es una obra que invita a la reflexión en torno a los miedos personales, propios, lo colectivo, lo político, lo individual. Me parece que en ese sentido nos permite no sólo reflexionar sobre la propia individualidad, sino sobre lo colectivo. Y eso abre un diálogo sincero y directo con los espectadores que hasta ahora asistieron. Llegar a Santa Fe con «Ensayo sobre el miedo» nos llena de orgullo y también de expectativa, de esta posibilidad de presentarnos ante otro público, porque estamos convencidos que la obra es maravillosa y que permite abrir la mirada a lo subjetivo, a estos miedos que nos rodean.
– La obra» muestra a ese grupo de sobrevivientes debatiendo sobre qué hacer ante la crisis que los rodea. ¿Cómo es hacer teatro independiente y en el interior, en tiempos de crisis e incertidumbre donde se busca invisibilzar la cultura?
. Creo que hacer teatro en Venado Tuerto tiene, primero, un rescate de la producción local y de la historia, porque es una ciudad que tiene salas de teatro independientes, municipales, oficiales y que también cuenta con una Escuela Provincial de Teatro. Me parece que en estos momentos, como bien lo dice la obra de Federico, lo importante es resistir y es seguir haciendo de la manera que conocemos, entendiendo que nuestro hacer tiene un recorrido y tiene una devolución del público que nos parece importante. Y además, El Galpón del Arte es un teatro maravilloso que se sostiene con la fuerza de todos los que trabajamos allí. En base a nuestro deseo y a nuestras ganas de producir sostenemos día a día la posibilidad de tener no sólo un espacio que nos brinda sus puertas, su técnica, sus ensayos, sino las posibilidades de charlar, dialogar y trabajar en conjunto, que creo que es una de las formas, como decía antes, de resistir.
