(Texto: Ana Clara Borga) En el marco del ciclo Santafecine del Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe, el próximo viernes a las 20.30, en Cine El Cairo se proyectará «Alexander Panizza solo piano», documental que repasa los conciertos en los que el virtuoso pianista de origen canadiense interpretó las 32 Sonatas para piano de Ludwig van Beethoven. Dirigido por Pablo Romano, y estrenado en 2012, el documental retrata la cotidianidad de Panizza, multipremiado pianista nacido en Canadá y radicado -por aquel entonces- en la ciudad de Rosario.

El film comienza en una casa en el barrio Alberdi, con un piano de cola que debe ser cuidadosamente trasladado, y una familia atravesada por la música. Durante 54 minutos, el documental hilvana los diálogos que Alexander entabla con diversas personas de su entorno en la previa de uno de los ocho conciertos brindados en 2010 sobre el escenario mayor del Centro Cultural Parque de España. “Es el único documental que hice sin guión previo”, dice Romano, y continúa: “Ya tenía una intuición de por dónde venía la historia”. Once años después del estreno, el documental vuelve a ser proyectado en el cince público El Cairo (Santa Fe 1120, Rosario).

– ¿Cómo surgió la idea de realizar un documental sobre Alexander Panizza?

– Yo fui a escuchar el segundo concierto de las Sonatas integrales que interpretó Panizza en el Centro Cultural Parque de España y me conmovió mucho lo que hizo. También me llamó la atención ver micrófonos sobre el escenario, porque no había ningún tipo de amplificación de parlantes ni bafles. Pregunté y me dijeron que estaba grabando un disco en vivo y me invitaron a ir el día posterior porque Alexander volvía a grabar fragmentos, porque no le había gustado cómo estaban interpretados, no por una cuestión técnica: repetía un fragmento de un movimiento varias veces. Entonces se me ocurrió que tal vez ahí había una historia para contar. Eso, para mí, era una búsqueda obsesiva, como la del capitán Ahab con Moby Dick: algo de nunca terminar. Por momentos podés llegar a encontrar esa nota justa y precisa, que no tiene que ver con algo técnico, sino con una interioridad, que esa nota responda a algo de la interpretación de lo que a vos te pasa adentro. No es una receta que la volvés a repetir y funciona. No, porque puede ser que no la encontrés. Cada interpretación es única, implica abrir de nuevo un universo, a veces se abre o no. De eso viene el documental. A él le gustó mucho la propuesta y empezamos a trabajar.

– ¿Cómo es filmar un documental que se involucra tanto con la intimidad del protagonista sin tener un guión previo?

– Cuando yo hice este trabajo ya tenía 10 documentales propios y 50 para la televisión. Me parece que lo que talla es la experiencia. Yo trato de entablar un vínculo con la persona con la que trabajo cuando hago documentales. Es un ida y vuelta todo el tiempo para encontrar momentos que puedan ser narrados de forma visual y que tengan un sentido, una historia. Eso fue lo que se trató de buscar. En definitiva no se grabó mucho ni un gran registro, casi todo lo que filmé lo usamos, no quedaron escenas afuera. Íbamos encontrando cosas y grabábamos y así se empezaba a armar la estructura, el guión sobre la marcha. Todo eso lo encontré en el montaje. Muchas veces cuando uno filma un documental filma cosas que después quedan afuera, escenas completas. En este caso no fue así. La historia se acerca a un documental de observación, ese fue el concepto. Si bien en algunos momentos intervine, y salió, porque a veces uno hace intervenciones o propone cosas y sale mal.

Las entradas para la proyección de «Alexander Panizza solo piano» son gratuitas y pueden ser retiradas por las boleterías de El Cairo Cine Público desde las 17 h del día de la función. El ingreso es por orden de llegada.