Bonzo Morelli Trío presenta su disco "Tres" en Sala Lavardén

El reconocido guitarrista rosarino lanza un nuevo disco y repasa su carrera musical con la participación de artistas invitados.

Bonzo Morelli Trío se prepara para el lanzamiento a través de las plataformas digitales de su disco Tres. La presentación ante el público tendrá lugar el próximo sábado 15 de julio, a las 21, en Sala Lavardén (Mendoza y Sarmiento). Este nuevo material, el tercero en la carrera solista, fue grabado junto a Nahuel Antuña en bajo y Pupe Barberis en batería. Del show participarán Mariano Braun en teclados y Ariel Fiora en guitarra, además de una larga lista de artistas invitados. En conversación con Morelli, el músico aseguró: “Va a ser una linda celebración porque no es un concierto más. Cuando uno presenta un material discográfico tiene otro contexto. La premisa es disfrutar desde el escenario y con el público.”

Ningún otro en su lugar

Pablo «Bonzo» Morelli comenzó en la música muy joven y supo ganarse el prestigio de sus pares como guitarrista y docente. Los inicios de sus cuatro décadas de trayectoria se remontan a su hogar de la infancia. “En casa la música siempre estuvo presente; mi mamá daba clases de piano y guitarra, mi hermana es violonchelista en la Orquesta Sinfónica, y yo soy docente en la cátedra de Guitarra Eléctrica de la Escuela Municipal de Música”, cuenta Morelli.

En 1981 hizo su debut con el grupo Hipocampo Rock y desde ese momento subió a los escenarios con agrupaciones como El Caño (1983-86), La Banda de Rock and Roll (1986-92) y La Rocanblús (1994-2000). Como músico solista lanzó 20 años de Rock y Blues en 2001, el cual también fue estrenado en la Sala Lavardén, y en 2019 grabó su segundo material discográfico La Vida en Blues. En este caso, la presentación en vivo quedó trunca por el aislamiento social y preventivo declarado por la pandemia. Por este motivo el próximo sábado también sonarán varios temas de este disco que incluyen la participación de Coki Debernardis, Pablo Pino, Thiago Galindez, Palmo Adario, Vir Oliva y Willy Echarte entre otros músicos invitados. “Voy a hacer una especie de mix de lo anterior” aseguró el músico.

– El disco anterior tenía covers y muchos invitados, ¿qué caracteriza a Tres?

– Soy bastante ecléctico con la música y con lo que plasmo en mi material discográfico. Este disco tiene composiciones mías que no son sólo blues, tiene rock and roll, funk, instrumentales, y dos covers: “Alma de diamante”, de Spinetta, que canta mi hija, y el otro es ”Escúchame, alúmbrame” de Los Gatos donde  Juancito, hijo de Oscar Moro, grabó la batería. Nahuel y Pupe grabaron bajo y batería en los Estudios Del Abasto Al Pasto con Álvaro Villagra que fue el ingeniero de Pappo, de Ciro y Los Persas, Juanse, entre otros. También me acompañan en el disco Carlos Schilman, un viejo compañero de ruta, y Walter Galeazzi, que es un gran organista y pianista. Además participó Palmo Addario que fue mi productor en la última parte del disco en lo que es guitarras, voces, mezcla y masterizado. Lo hicimos en su estudio, Palmo Records. La parte culminante llevó casi un año porque grabé varias guitarras, fue un trabajo más fino.

– ¿Cómo surgió la idea de lanzar este disco? 

– Me lo propuso mi productor, Adolfo Abecasis, porque con el tema de la pandemia no pudimos presentarnos en vivo en un largo tiempo. Entonces empecé no sólo a componer y a escribir nuevo material, sino que también rescaté algunos temas que tenía en la época de La Rocanblus con Caburo. Eran temas que tocábamos y que yo había compuesto la música, en base a lo que escuchaba en los ‘90: desde Hendrix a Red Hot Chilli Peppers, pasando por Divididos. Además modifiqué algunas letras porque tenían que ver con las vivencias personales de aquella época y hoy ya no. 

– En tus roles de docente, como músico y como papá convivís con las propuestas musicales de las nuevas generaciones. ¿Cómo te llevás con eso? 

– Mirá, me acuerdo que cuando yo escuchaba Led Zeppelin o Pappo a los 13 años, el vecino que era tanguero me decía: “Eso es puro ruido, pibe”. Yo hoy no me quiero poner en ese papel, porque creo que es una cuestión generacional, social, y que existen muchas cosas más que acompañan tanto a la composición musical como a la vida. En mi casa se escuchaba tango, folklore, música clásica, pero mis papás nunca tuvieron problema con la música que yo llevaba. Es más, mi viejo me decía. “Qué bien suena, ¿qué es eso que estás escuchando?” y era “La máquina de hacer pájaros” de Charly García. Ahora mi hija está haciendo su proceso sola, obviamente dentro de un contexto musical pero que no está presente todo el tiempo. Soy de las personas que piensan que hay etapas en la vida y en la música. Ella como adolescente está muy actualizada con los temas de hoy, pero también empezó a cuestionarse y le encanta Spinetta y Charly. También creo que la serie de Fito fue una gran contribución para que las nuevas generaciones se acerquen y hagan un review del rock argentino.

– Venís de familia de músicos, ¿cómo entró el rock a tu vida?

– A los diez años mi abuelo me regaló un álbum compilatorio de los Beatles que en Argentina se llamó Por siempre Beatles. Ahí descubrí “Day tripper” que es un temazo, con un riff de guitarra que me llamó la atención para sacarlo de oído. A los once años compraba la revista Pelo, la leía toda. Musicalmente me formó la curiosidad, el leer, y escuchar. Con The dark side of the moon de Pink Floyd descubrí la experimentación con el sonido, fue bisagra, un antes y un después, sin lugar a dudas. Durante mi preadolescencia y adolescencia, cuando iba a la escuela, yo era un marciano. Estamos hablando de épocas muy complicadas, por el ‘77, y en mi carpeta  había una foto de Jimmy Page y de Charly García, entonces un profesor me dijo: “Disculpe, ¿a usted le gustan los hombres?”. Había gente que no entendía y te juzgaba por llevar tal remera o usar un arito, o el pelo largo o escuchar determinada música. Cuando empecé a ensayar a los 14 años en el fondo de mi casa con las bandas, nunca había problema. Y eso que no podían escuchar el televisor por la música fuerte. Siempre me apoyaron, toda la vida, hasta el día de hoy. Agradezco a la vida. 

– ¿Cómo está planteado el show del sábado? 

– Con Nahuel Antuña y Pupe Barberis logramos una conexión muy especial. Entre nosotros existe muy buena química y nos comunicamos muy bien sobre el escenario, es lo que nosotros transmitimos y que la gente percibe. Es un ida y vuelta, un afecto, una cuestión emocional que se nota y me lo dicen. El sábado, de movida, seremos un quinteto porque se suman Mariano Braun en teclados y Ariel Fiora en guitarra. Además tendremos invitados y vientos en un lindo escenario y con un muy buen sonido. Va a ser una linda celebración.

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