Las luchas del pasado que se perpetúan en el presente, la ciencia aplicada a la reconstrucción de los crímenes de la dictadura, las historias personales que se entrelazan y resignifican: todo ello es parte del entramado de «Caían del cielo», la nueva creación del realizador santafesino Rubén Plataneo, que este jueves 30 de octubre, a las 20.30, acompañará el estreno de su obra en el cine El Cairo del Ministerio de Cultura (Santa Fe 1120, Rosario). Ganadora del programa de apoyos provincial, la película de Plataneo propone «un formato bastante original, un híbrido entre documental y ficción», según distingue el director sobre la realización que tuvo su pre-estreno en el Bafici, y que la semana pasada concretó sus primeras funciones en el Cine Gaumont de Buenos Aires y el Cine América de Santa Fe. En su primer ciclo de proyecciones en Rosario, también se programará en El Cairo el viernes 31 a las 18 y el domingo 2 de noviembre, a las 20.30.
Producida por Calanda e Inimaginaria, en asociación con Cinespuma, «Caían del cielo» contó con la labor de Mónica Amarilla (producción ejecutiva), Ana Taleb (dirección de producción), Diego Martínez (montaje, junto al director); Maximiliano Wendler, Julián Alfano y Cecilia Sarmiento (dirección de fotografía); Hernán Ruiz Navarrete (postproducción de sonido); Jerónimo Cabassi (postproducción de color) y Aníbal Pérez (diseño gráfico). Con música original de Charlie Egg, la película fue guionada y dirigida por Plataneo, autor de obras como «Muertes Indebidas» (2005), «Dante en la casa grande» (2009), «Tanke PAPI» (2010), «El gran río» (2012), «Triple Crimen» (2017) y «Sfumato. La sombra es más poderosa que la luz» (2022), entre otras.
La nueva realización de Plataneo comenzó a configurarse sobre el final de la pandemia, cuando una noticia derivó en la recuperación de un antiguo proyecto, según recuerda el director: “En Santa Fe ocurrió un hallazgo enorme, histórico, de cientos de carpetas con seguimientos a personas que fueron desaparecidas y que la policía había dejado en una casa que abandonó. Se formó una comisión para investigar y catalogar el material, y dirigiendo la organización de rescate del material estaba Valeria Silva, integrante de Hijos, hija de desaparecidos y nieta de Otilia Acuña, Madre de Plaza de Mayo de la ciudad de Santa Fe (que falleció en 2024, a los 104 años). A ellas las conocí en Santa Fe cuando yo estudiaba cine y empecé a trabajar en el grupo de apoyo a Madres. Me llamó mucha atención la potencia del personaje de Otilia Acuña, cuya hija fue asesinada y su esposo desaparecido. Otilia era como la vocera reclamando Verdad y Justicia por esos casos. Me llamaba mucho la atención su relación con su nieta, muy especial, simbiótica, de mucha fuerza entre ellas. Otilia había sido no sólo la abuela sino también la madre adoptiva de Valeria y sus hermanos, a partir de la desaparición de sus padres. Siempre pensé que debían protagonizar una película mía, y cuando se dio el hallazgo de ese material en Santa Fe, retomamos el proyecto y empezamos a viajar con Julián Alfano, camarógrafo y mi compañero de equipo, para anudar los cabos de esa historia entre ellas dos».

Luego de guionar una posible estructura del relato, el equipo de trabajo comenzó a desarrollar diversas instancias de rodaje. Como en toda obra documental, el tiempo comenzaría a aportar nuevos elementos que, a partir de la sensibilidad de creadores y protagonistas, comenzarían a incorporarse a la narración. «A partir del retrato de Valeria y Otilia, nos propusimos narrar no sólo sus vidas, sino probar un modo ensayístico, utilizando los recursos cinematográficos, buscando develar la forma en que se reconstruye la historia. En este caso estaban las historias, en plural, porque cada cual tiene su versión y su propia memoria de los acontecimientos históricos. La inquietud era cómo hacer que eso se transformara en película. Cuando se abrieron los espacios y las cartografías de lo que queríamos describir, de espacios íntimos pero también de la ciudad, y sobre todo del barrio Santa Rosa de Lima, se fueron tramando otros acontecimientos inesperados que fue brindando la realidad a medida que íbamos transitando el rodaje, que fue por etapas, cada vez que conseguíamos los fondos necesarios”, explica Plataneo.
En medio de ese recorrido audiovisual, Valeria Silva, en su carácter de directora de la Secretaría de Derechos Humanos de Santa Fe, fue convocada para desarrollar la logística de una investigación del Equipo Argentino de Antropología Forense, buscando enterramientos clandestinos en el campo militar de San Pedro, junto a la laguna San Pedro, al norte de Santa Fe. Ese mismo monte en el que, siendo conscripto, Plataneo debió realizar prácticas militares previas a la guerra. “En ese mismo monte, tan misterioso y a la vez revelador, hice tres etapas de entrenamiento en la dictadura, que fue la peor etapa de mi vida –reconoce el realizador–. Ahí fue importante el rol del antropólogo forense Juan Nóbile, que se había transformado en otro personaje importante, y se fue tramando un nuevo estrato de relato. Justamente es una de las cosas en las que coincidía conceptualmente nuestro planteo y el de los científicos trabajando en el monte: develar, o escudriñar una historia, a través de la articulación de estratos. Estratos que son tanto históricos como sensibles, pueden ser inspeccionados en el terreno, vistos desde el aire, inspeccionados desde la propia memoria, desde el recuerdo».

Con esos nuevos elementos, explica el director, «se fue tramando y complejizando la estructura de la película, llevó a que tomara una forma final que no es un simple documental testimonial sino un collage, un caleidoscopio de personajes que están atravesando acontecimientos muy extraordinarios». «Lo que se ve en la película no es algo que transita cualquier persona a diario, son hechos muy importantes para personas comunes que deben enfrentarse a situaciones muy exigentes, muy trágicas. Y que, a la vez, tienen una actitud de superación de esos eventos. La película iba dirigida a esa profundidad, tanto entre los personajes como entre fragmentos y huellas de la historia, del pasado, que están entrelazadas con el presente», distingue.
Luego de su paso por Bafici, el Gaumont y Cine América, «Caían del cielo» comenzará a desandar su ciclo de funciones en El Cairo. En ese marco, Plataneo destaca: «Nuestra intención con la película era hacer el aporte más valioso que pudiéramos reflexionando sobre algo que no es el pasado, sino que está absolutamente entramado en nuestro presente. Si hoy estamos, en Argentina y el mundo, frente a poderes aplicando políticas de negación de los genocidios cometidos, el tema es tan actual como nunca. Evidentemente el tema no es parte del pasado, sino una sección de nuestro cuerpo social presente. De hecho, en las políticas que se están aplicando, en lo que estamos sufriendo, está muy reflejado eso que fundó la dictadura a sangre y fuego. No sólo la cuestión de la discusión o la política ideológica sobre el Terrorismo de Estado, sino que están vigentes las políticas económicas trazadas por más de 150 leyes que entraron en vigencia en dictadura y que este gobierno nacional está rescatando. Son los brazos de la historia que todavía golpean sobre la realidad presente».

