(Fotos: Juan Manuel Somaglia) Con una presentación innovadora –titulada “Concierto Sereno”– en un espacio que considera su casa, la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe brindó lo que fue su segundo encuentro de la Temporada 2023 que, como es habitual, fue libre y gratuito. Otra vez la sala se colmó con más de seiscientas personas y en ese contexto fue el maestro Silvio Viegas el encargado de blandir su batuta para que todos lo acompañen a él y a los músicos en un viaje idílico.

En el inicio de la velada, el director titular del ensamble rompió el molde de lo tradicional e ingresó primero y solo al escenario. Dio la bienvenida al público y comenzó a presentar a los músicos, que fueron entrando y ocupando sus lugares, explicando también cuál sería la lógica del evento: se vería actuar a toda la orquesta, pero tocando por familias, no todos juntos como se acostumbra. Y acto seguido empezó la música.

Luego de la icónica apertura entre metales y percusión, que seguramente trajo nostalgia a más de un amante del cine, comenzó el programa especial. Desde la elección de las obras hasta la puesta con las luces estuvo ideada para lograr un efecto atrapante.

Al apagarse los primeros aplausos, Viegas continuó con la dirección de «Fanfare pour précéder La Péri», de Dukas, un autor tan autocrítico que quemó prácticamente todas sus composiciones, excepto algunas pocas que permitió que sean publicadas. Obviamente, entre esas estaba la fanfarria, interpretada sólo por metales –trompeta, tuba, trombón y corno francés– con un color apasionante y una melodía única.

Terminado Dukas, se pudo escuchar la «Serenata para vientos en Mi mayor, Op. 7», de Richard Strauss, tocada por oboe, clarinete, flauta traversa, corno francés, fagot y tuba. La pieza, que fue escrita por Strauss cuando tenía tan solo diecisiete años, fue presentada, dirigida y ejecutada con gran destreza.

Seguidamente Viegas anunció un arreglo para ensamble de vientos de Clements de la obra «Wedding day at Troldhaugen, op. 65» de Grieg, quien la escribió originalmente para piano en conmemoración de su 25º aniversario de bodas. Nuevamente la melodiosa armonía se hizo presente en el escenario, pero esta vez ejecutada con clarinete, fagot, flauta traversa, oboe y corno francés. Su música serena completó la propuesta de vientos.

Acabada la actuación, tuvo lugar un pequeño intervalo y llegó el momento de la última presentación de la noche. El programa cerró con la «Serenata para cuerdas en Do mayor, Op. 48», de Tchaikovsky. Como en todas las obras anteriores, el director presentó a todos los músicos, nombrándolos uno por uno, y aprovechó para saludar especialmente al profesor Oscar Conforti, violinista estable del agrupamiento que está pronto a jubilarse.

En todas las obras anteriores, la única luz utilizada fue la que ofrecían unas lámparas individuales en los atriles y algunas de colores que llegaban desde arriba, que iban cambiando según variaban los temas. Fue un toque distintivo inteligente que ayudó a generar climas adecuados.

Para el ensamble de cuerdas, en cambio, se prendieron todas las luces blancas habituales para completar la escena. La sutileza y delicadeza de los artistas le valió al cierre del evento una gran aclamación que el maestro Viegas ponderó con una enorme sonrisa de cara al público que lo ovacionó de pie.

En un futuro próximo la Sinfónica santafesina actuará en la ciudad de Rafaela, enmarcada en los eventos culturales de La Noche de las Ideas, otro gran hito para la orquesta en este nuevo ciclo que recién comienza.