No es una novedad que la música transforma al ser humano en varios aspectos, y esa característica la convierte en una herramienta educativa esencial. Ritmo, armonía y melodía afectan, cambian, al individuo física, mental y sentimentalmente. Elevan el ser a la cima de la existencia haciéndolo trascender.

La música es un lenguaje íntegro, orgánico y sustancial. No hay fronteras para sus mensajes, son universales. Entender la música y utilizarla como medio para decir, para hacer sentir, nos permite expresar nuestro valor personal y enaltece nuestros vínculos con el entorno. Todo adquiere nuevos sentidos cuando lo adornamos con música, porque enriquece, da propósitos. La música se convierte en la respuesta a interrogantes que muchas veces la razón no logra desandar. Nos relaciona con el otro y nos rescata. Nos acerca a un lugar de comprensión simbólica que supera la lógica. Con música, nuestro mensaje es transversal a los sentidos, moviliza los afectos, resalta lo estético y desarrolla el intelecto.

Un desarrollo integral y completo del individuo no puede ser entendido sin al menos una aproximación a la esfera musical, una muestra de sus bondades, una prueba de sus virtudes. Solo alcanza con aprender a oír para ver las maravillas que resguarda.

La inscripción para participar de los conciertos podrá realizarse entre el lunes 28 de marzo y el viernes 8 de abril inclusive, de 10 a 12 horas, de lunes a viernes. Podrán hacerlo telefónicamente al (0342) 4572531 o por correo electrónico a ospsfprensa@gmail.com.

¿Por qué conciertos didácticos? Para aprender a oír hace falta un estímulo, una prueba que nos despierte las ganas de intentarlo. Por eso existen los Conciertos Didácticos. Un concierto es «didáctico» desde el momento de su concepción. Se piensa, se proyecta y se enmarca dentro de un proceso educativo íntegro. Para eso es esencial el repertorio que se proponga.

Quienes asistan a un concierto didáctico no sólo recibirán información de manera directa al ver a una orquesta sinfónica en vivo. Conocerán -en la mayoría de los casos- una parte del universo artístico que les es ajeno, novedoso. Verán a un grupo de músicos mancomunados en un escenario tras un objetivo común, guiados por un conductor. Se irán transformados. Sentirán un poco de música académica que instalará en sus mentes preguntas y respuestas sobre aspectos que tal vez antes no conocían.

La Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe pretende, con sus Ciclos de Conciertos Didácticos, promover la escucha musical activa, que quienes asistan se lleven herramientas que les permitan decodificar los mensajes que en la música habitan para descubrir qué hay más allá de los sonidos encadenados. Busca aportar un valor que contribuya al desarrollo integral de los alumnos en proceso formativo.

Sobre la obra Peer Gynt
La obra Peer Gynt, de la cual parte la adaptación que llevará adelante la Sinfónica santafesina con la participación como invitados del Maestro Rodrigo Naffa y el intérprete Gabriel Villot, ambos referentes locales, fue escrita como música incidental (música que acompaña una representación teatral) por el compositor noruego Edvard Grieg para acompañar una versión del drama homónimo escrito por su compatriota Henrik Ibsen.

Ibsen, abrumado por un solícito popular, se vio ante la necesidad de crear una versión abreviada e interpretable de su gran poema dramático. Luego de varias dudas, una vez que se decidió a hacerlo, le pidió a Grieg que escribiera la música.

Grieg trabajó en la partitura desde inicios de 1874 hasta finales de 1875; el estreno de la obra con 23 números musicales intercalados, tuvo lugar en Christiania (actualmente Oslo) el 24 de febrero de 1876. En 1888, Grieg seleccionó cuatro de las 23 piezas para formar una suite de concierto que fue publicada el mismo año, y en 1891 alumbró una segunda suite (Publicada en 1893) a partir de otras cuatro piezas. En ambos grupos, las piezas están dispuestas en el orden que Grieg creía que mejor convenía al sentido musical, en vez de en el orden en el que se insertan en el curso de la obra. El conmovedor acompañamiento de la cuerda con sordina para la “Muerte de Aase”, la madre de Peer; el frenesí creciente de “En la Gruta de Rey de la Montaña” han provocado que la primera suite sea más popular que la segunda, pero la melancolía de la “Canción de Slovieg, con que se cierra la segunda suite, es probablemente la pieza más encantadora y más típica de las ocho.