Memoria, Verdad y Justicia. Diálogos entre el museo Gallardo y el Espacio de Memoria

Este 24 de marzo el Museo Gallardo reflexiona sobre nuestra historia reciente y la resignificación del edificio de la actual Sede de Gobierno, conversando con Gloria Canteloro, integrante del Espacio de Memoria, ex Servicio de Informaciones, Centro Clandestino de Detención y Tortura, ubicado en la esquina de San Lorenzo y Dorrego.

(Txt e Img: Violeta Paulini) En el año 2003, el Museo Provincial de Ciencias Naturales “Ángel Gallardo” sufre un incendio en su antigua locación, motivo por el que se dispone su traslado al edificio de la actual Sede de Gobierno de la Provincia (San Lorenzo 1949, Rosario), donde para entonces se planificaba la demolición de la ex Alcaidía, en el marco de un replanteo simbólico y de uso de la Plaza Cívica. Aún circulaban detenidos e integrantes del cuerpo policial cuando el Museo Gallardo arriba a este edificio de historias múltiples y complejas, inaugurado en el año 1916 como Jefatura Política del Departamento Rosario, y utilizado a partir de 1923 como Jefatura de Policía, momento a partir del cual comienza a ser asociado con las fuerzas de seguridad. Así empieza a vincularse espacial y narrativamente con el edificio y sus historias, dialogando a través de sus muestras, colecciones y propuestas pedagógicas, con los contextos políticos, sociales y económicos, históricos e inmediatos.

El genocidio y la dictadura cívico militar transcurridos en nuestro país durante los años `70 atraviesan las exposiciones del Museo Gallardo, que busca conformarse como un espacio para la construcción colectiva de sentidos, conocimiento y conciencia social crítica.

Junto al ingreso del Espacio de Memoria, ubicado en la esquina de San Lorenzo y Dorrego, Gloria Canteloro nos cuenta: “Soy empleada de la Secretaría de Derechos Humanos y hago los recorridos en lo que fue el Centro Clandestino más grande de la ciudad, el Ex Servicio de Informaciones. Llegué cuando se dio el trigésimo aniversario del Golpe de Estado, en el año 2006. Trabajar aquí es parte de mi militancia, porque soy una ex presa política. Fui detenida junto a mi hermana mayor en la Alcaidía de Mujeres -en lo que ahora es la Plaza Cívica- y después trasladada a Devoto».

«En estos recorridos, además de difundir lo que fue el Ex Servicio de Informaciones, buscamos trabajar lo que es Memoria, Verdad y Justicia, no sólo como una cuestión personal o vivencial –explica–. Conversamos sobre lo que fue el terrorismo de Estado, la desaparición forzada de compañeros, cómo se vivió la dictadura y de qué forma se dan los juicios, porque todavía se piensa que éramos solamente militantes de organizaciones armadas. Yo era una estudiante de la secundaria, mi militancia se centraba en la escuela, nunca en mi vida había visto un arma y fui tildada de subversiva y terrorista. Como militante de la UES sabía que adhería al proyecto político de la organización Montoneros, pero no pertenecía a su estructura».

Gloria Canteloro, responsable de las recorridas en el Espacio de Memoria

«Éramos militantes políticos, gremiales, estudiantiles, que queríamos un país más equitativo, solidario, con posibilidades para todos, en el que tuviéramos voz y derechos –destaca Gloria–. Teníamos como base la teoría del Hombre Nuevo del Che. Ese hombre nuevo tenía que ser mejor hijo, mejor estudiante, mejor trabajador, pero no en cuanto a competir con el otro y utilizar cualquier vía para sobresalir, sino dando lo mejor de cada uno, escuchando al compañero cuando nos decía que algo se podía mejorar o cambiar. Existía la crítica y la autocrítica, entonces esa construcción iba a ir creando al hombre nuevo. Como generación de los `70, sabíamos que no íbamos a llegar a verlo, porque los cambios culturales no se dan de un día para otro, de una década para otra, sino que necesitan muchísimos años más. Ese proyecto político, ideológico, cultural y económico es el que la dictadura quiso aniquilar, junto a gran parte de la población civil, los grandes monopolios, terratenientes y quienes tenían intereses al servicio del extranjero. En gran parte lo han logrado, sino no estaríamos viviendo como vivimos, pero no lograron aniquilarnos del todo».

Narrada en el documental La arquitectura del crimen de Señal Santa Fe, la historia del Ex Servicio de Informaciones puede conocerse en el propio sitio, solicitándolo previamente a través del correo electrónico recorridoexsi@hotmail.com.ar. En relación a esas visitas, Gloria Canteloro explica: «Hay muchos más temas que abordamos en los recorridos, los Organismos de Derechos Humanos, su trabajo, la búsqueda de los nietos apropiados y nuestros ideales y accionar, porque para eso estaba la militancia, para que esos pensamientos pudieran ser puestos en la práctica diaria y se viera cuáles eran nuestros objetivos. Este trabajo significa, además de recordar, reflexionar respecto a qué vida tenemos en la actualidad y qué tipo de país queremos, porque al día de hoy en democracia sigue habiendo desapariciones. Se puede analizar qué responsabilidad tiene el Estado sobre la prevención, esclarecimiento y detención de los autores. Se puede y se debe cuestionar que no se le pongan suficientes recursos materiales y humanos, que no haya una política clara con respecto a estas desapariciones o muertes dudosas, pero no es lo mismo que en la dictadura, donde hubo un plan sistemático que obedecía a implantar el terror para disciplinamiento social y para imponer un modelo político y económico del cual aún sufrimos las consecuencias».

«Nuestra generación a pesar de ser muy golpeada, de que desaparecieron y fueron asesinados muchísimos compañeros, todavía sigue trabajando, militando, pensando que ese país es posible. Y nuestra militancia no solamente tuvo dolor por los compañeros que no están. Esa resistencia tuvo como pilar fundamental la alegría, el humor y no bajar los brazos», amplía Canteloro, y recuerda: «En la cárcel de Devoto quienes estaban al mando del servicio penitenciario nos decían ‘ustedes de acá van a salir locos o muertos’. Y no salimos ni locas ni muertas. Seguimos apostando a la vida, hemos hecho producciones colectivas y en mayo vamos a presentar un libro digital que se llama Nosotras en libertad. Ese libro da cuenta a través de poemas, relatos y canciones, de las vivencias de 200 compañeras de Ushuaia a la Quiaca. De cómo fue la vida de cada una, lo que hicieron y pensaron después de salir de la cárcel y cómo fue la democracia; dura y difícil porque éramos el otro demonio y por lo tanto muchas no podíamos decir que habíamos estado presas, que habíamos sido militantes y que éramos militantes. Porque nunca dejamos de serlo, de una u otra manera, nunca dejamos de ser militantes.
Nuestro pueblo siempre luchó y no solamente en la década del `70, sino desde que nos forjamos como país, desde que nos independizamos de España. Tenemos un largo trayecto, un bagaje muy importante de lucha y de dignidad».

«Así que este 24 de marzo es sumamente importante porque no se trata sólo de recordar una fecha, se trata de reflexionar qué país teníamos, qué país nos dejaron y qué país queremos. El Nunca Más no significa solamente que no haya asesinatos, desapariciones y detenciones, sino también que no se destruya lo que con mucho esfuerzo nuestra sociedad sigue batallando para una vida mucho más digna”, concluye Gloria Canteloro, una gran responsable de sostener viva nuestra memoria colectiva.

 

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