Entre palabras y acordes, Rosario rindió homenaje al rock argentino con la presencia de Litto Nebbia

El músico pionero engalanó una noche en la que gran cantidad de espectadores se acercó al Monumento Nacional a la Bandera para disfrutar de un maravilloso encuentro marcado y protagonizado por el popular género.

(Txt: Sofía Estanga Burgos. Img: Fernanda Forcaia) Eran las 18.30 y los instrumentos sobre el escenario vestían el atrio de la esquina de Córdoba y Avenida Belgrano. Mientras la gente comenzaba a ubicarse en las sillas y la escalinata, el periodista Marcelo Nocetti presentaba a quienes formarían parte del conversatorio: la cantante e intérprete Sandra Corizzo, el diputado Roberto Mirabella, el ministro de Cultura de Santa Fe Jorge Llonch y por supuesto el legendario Litto Nebbia.

Rodeados de ladrillos y mármol en “uno de los monumentos más bellos del mundo por tener la capacidad de contenernos en su interior”, como dijo Nocetti, empezó la entrevista abierta. Las primeras y sentidas palabras hicieron foco sobre las infancias y los inicios de cada uno de los integrantes de la mesa en el ámbito musical.

“Soy un bohemio, pero mis viejos fueron más bohemios que yo”, sostuvo Nebbia con emoción. Eso, que quizá años atrás era poco común, se convirtió en lo más positivo de su vida. Fueron ellos, con sus canciones, quienes le transmitieron el poder de vocación y el amor hacia la música. Ese amor que hasta hoy sostiene por lo que le apasiona.

Sandra Corizzo, en cambio, la tuvo un poco más complicada: “Cuando dije que quería dejar la Escuela Superior de Comercio para estudiar música mis papás me dijeron que no”, recordó. Sus historias, opuestas y diversas, como las de tantos otros que empezaron en Rosario para desparramarse por el país y el mundo, fueron las que los forjaron y construyeron los cimientos de la música que terminaría siendo la banda sonora de la vida de muchos: el rock.

Fue Rosario la que vio nacer y crecer a numerosos artistas y referentes del género. Por eso, reconocer a la ciudad como cuna del rock nacional significa un halago al movimiento y la inquietud que siempre hubo y hay en Rosario con la música. Esa necesidad se transformó en un proyecto de ley que ya tiene media sanción en Senadores y espera por su aprobación este 2022.

“Litto fue el inventor del invento”, manifestó Roberto Mirabella parafraseando al músico argentino Andrés Calamaro y puso en valor la acción de Nebbia de cantar rock en castellano desde siempre.

Labor que sostuvo incluso durante una de las etapas más oscuras de la historia argentina: la dictadura cívico-militar. “Creo que además de ser la capital del rock Rosario merece tener un Museo del Rock donde se puedan alojar las cosas más icónicas”, dijo el diputado nacional, quien agregó: “Ahí se podrá ver todo lo que pasó en la ciudad durante las diferentes décadas, a partir de los años ’60. Será un punto de encuentro con otros y con la música. Un lugar cargado de emoción. Un espacio para unir la historia con el presente. Para ser y sentir”.

“Cada momento de la vida está acompañado por la música o al revés, la música te lleva a determinados momentos de la vida”, reflexionó Mirabella mientras Llonch asentía con la cabeza. El titular de Cultura reafirmó: “Somos los rosarinos y los santafesinos quienes tenemos que ser dueños de este proyecto para tener un lugar en donde visitar la historia recorriendo también el presente y proyectando el futuro. Es nuestro deber como funcionarios no dejar que esta deuda quede pendiente”.

El encuentro, que transitó por los recuerdos, las historias personales y los recorridos profesionales estuvo musicalizado en vivo por las reversiones que Sandra Corizzo hizo en compañía de su guitarra de las canciones “Nueva zamba para mi tierra”, de Nebbia, y “Mami”, de Adrián Abonizio. La emoción de aquellas letras invadió a protagonistas y espectadores.

Esas melodías fueron la antesala de la gran alegría que llegó sobre las 20 cuando el escenario empezó a iluminarse para recibir a Litto y sus músicos. Las primeras notas que el cantautor tocó en su teclado, de la canción “Cadenas y monedas”, fueron las encargadas de captar la atención de todos. Desde ese momento empezó un recorrido por su trayectoria musical que incluyó “Nunca encontraré una casa como la que hay en mí”, “Yo no permito”, “Quien quiera oir que oiga”, “La balsa” y “Armonía, es lo que necesito”, entre otras.

Durante casi una hora niños, adolescentes y adultos dirigieron sus miradas y atención absoluta hacia él para disfrutar de una mágica noche musical. Nebbia volvió a su tierra, su amada ciudad de Rosario y su barrio. Cuando las luces se apagaron, la gente se concentró al pie del escenario para poder saludarlo. Muchos sólo lo abrazaron, algunos se sacaron fotos y otros se llevaron un valioso autógrafo porque, como dijo un hombre que caminaba de la mano con su pequeña hija: “Litto es la historia del rock”.

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