Entrevista 16/06/2025

«La figura de Lola Mora reúne un montón de problemáticas que actualmente están presentes en el ser artista»

En la semana de la Bandera, Sol Quirincich destaca a la gran escultora argentina, cuyo proyecto de creación del Monumento (finalmente trunco), la inspiró para darle forma a «Espejo de agua», propuesta premiada en la categoría Artes Visuales del programa Espacio Santafesino.

Para Sol Quirincich, el Monumento Nacional a la Bandera resultó un faro. Siendo niña, en las visitas que hacía con su familia desde Villa Constitución, pasear el pasaje Juramento le permitía descubrir el talento de la gran artista argentina Lola Mora, esa sobre la que su madre hablaba con admiración. Porque aún sin tener antecedentes de artistas en su familia, el arte estaba presente desde el gusto y la apreciación, desde las creaciones de su abuela a través del tejido, o los dibujos con los que su madre peluquera ilustraba los cuadernos escolares (en definitiva, todas expresiones artísticas). Con el tiempo, el gusto se convirtió en acción para Quirincich, que comenzó a formarse en el reconocido Taller del Sol, de María Cristina Espasandín, en su Villa Constitución natal. Culminada la secundaria, Quirincich llegó a Rosario para estudiar Bellas Artes y, pronto, iniciar un recorrido artístico destacado. Un recorrido que, desde hace un tiempo, volvió a conectarla con aquella fascinación de la infancia: el Monumento a la Bandera y Lola Mora.

Bajo el título “Espejo de agua”, Sol Quirincich plasmó un proyecto de investigación vinculado a la gran escultora argentina. En junio de 2024, su propuesta resultó ganadora en la categoría Artes Visuales de la convocatoria anual 2024 de Estímulo a las Industrias Culturales del programa Espacio Santafesino del Ministerio de Cultura. Dos meses después, el 23 de agosto, las obras realizadas quedaron exhibidas en el Museo Municipal de Bellas Artes “Juan B. Castagnino” de Rosario, donde pudieron visitarse hasta el 3 de noviembre.

El trabajo, que continúa expandiéndose, se enlaza además con una búsqueda de la artista villense, cuya práctica propone un acercamiento a la obra de artistas de la región, revisitando sus producciones, palabras, vidas e imaginarios, con los cuales entabla un diálogo personal e íntimo, que inscribe su obra en una genealogía particular de territorios, historias y estéticas. En ese marco, y luego de trabajar en 2023 en torno a Emilia Bertolé, Quirincich decidió avanzar con firmeza en un proyecto inspirado en Lola Mora y su propuesta trunca para la creación, en 1910, del Monumento a la Bandera

“Yo soy de Villa Constitución y de chica cuando veníamos de paseo a Rosario un paso obligado era la visita al Monumento a la Bandera. Una de las primeras artistas que me nombraba mi mamá era Lola Mora y tengo muchos recuerdos de ver esas esculturas de Lola que en 1999 fueron emplazadas en el Pasaje Juramento. Yo ya venía pensando en la escultura y en el ornamento, y bueno, a fines de 2019 empecé a investigar el proyecto de Lola para la creación del Monumento a la Bandera. En la pandemia lo trabajé también un montón, y fueron saliendo otras cosas”, detalla Quirincich sobre esa propuesta que resultaría premiada por Espacio Santafesino, y cuya concreción estuvo impulsada por la invitación del Museo Castagnino para que la artista realizara allí una exposición individual. 

“Para mí la del Castagnino era una oportunidad muy importante y muy grande para trabajar ese proyecto que sabía que me iba a llevar bastante tiempo –explica–. Además, la figura de Lola Mora me interesa porque también reúne un montón de problemáticas que actualmente también están presentes en el ser artista, ¿no? Algunas tensiones con el Estado, esta relación con la aceptación de las piezas por parte de la gente, el rol de la mujer en el arte, y todos los juzgamientos que tuvo ella por su vida personal más allá de su profesión. Lola Mora es una figura que despierta interés en un montón de personas. En mi caso el interés sobre todo surge de pensar qué hubiese pasado si ese Monumento que propuso Lola estuviera emplazado. Y si hubiese sido, no sé, uno de los primeros monumentos hechos por una mujer, sobre todo en la ciudad, como que me convocó mucho desde ahí”. 

– ¿Cómo se tradujo ese proceso de investigación sobre el proyecto de Lola Mora a los diversos formatos y elementos que conforman “Espejo de agua”?

– Eso fue lo que más tiempo me llevó. Tenía toda esa investigación y el tema era cómo bajar eso, de qué manera. En eso me ayudó un montón la curadora Eva Grinstein, a quien elegí para trabajar. También a partir de conversaciones con otra artista, Eugenia Calvo, empecé a trabajar un montón con dibujos. Siempre estaba esta idea de referenciarme: el Monumento es algo que yo tengo muy estudiado, porque me gusta la escultura, y estaban también los bajorrelieves de José Fioravanti (NdR: uno de los escultores, junto a Alfredo Bigatti, que desarrollaron el proyecto de los arquitectos Alejandro Bustillo y Angel Francisco Guido, ganadores en 1939 del concurso para la creación del Monumento Nacional a la Bandera). Tenía ganas de que hubiera alguna reminiscencia con alguna de las técnicas presentes. Y al final mi pieza fue un esgrafiado súper suave y casi imperceptible, desde ahí vienen todos esos guiños a ese friso, a ese bajorrelieve de Fioravanti. Después trabajé con la talla del yeso, que se ha usado tradicionalmente en la escultura como un material de boceto, y por eso lo elegí. Y, por otro lado, yo venía trabajando haciendo grafitis en hierro, endureciendo algunas palabras para darles visibilidad, retomando algunos dichos sobre Lola Mora. Después también trabajé cambiando de escala algunas esculturas que ella tenía, investigando un montón de piezas suyas que actualmente no están emplazadas. Creo que lo que me sirvió para ordenarme y poder bajar todas esas ideas fue el concepto de estudio o de boceto, como aceptar que nunca iba a estar acabado este proyecto y que lo que iba a hacer era ir asomándome de a poco a esa historia. 

– En ese sentido, ¿“Espejo de agua” es un proyecto cerrado o puede continuar desarrollándose?

– Creo que es un proyecto en constante crecimiento. Hay muchas cosas pendientes, tanto desde la investigación, de la parte más teórica, de la imagen. Siento que la muestra en el Museo Castagnino fue un gran paso, una gran concreción del proyecto, creo que puede seguir creciendo. Con este proyecto he aplicado a muchos premios que están abiertos actualmente, y también una partecita de estas piezas se va a mostrar en agosto en Bienalsur, en el Museo Luis Perlotti de Buenos Aires. Eso va a formar parte de una muestra colectiva, con curaduría de Clarisa Appendino, sobre proyectos contemporáneos de artistas mujeres que retoman a Lola Mora. Por otro lado, me encantaría poder hacer circular este proyecto, mostrarlo en otros museos y espacios culturales del país. 

Crédito de fotos exposición: Juan Pablo García.

Crédito de foto de la artista: Ayelén Boglione Martínez.