Con entradas agotadas a horas de su lanzamiento, la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe cerró su temporada de conciertos 2024 junto con el Coro Polifónico Provincial, ambos organismos dependientes del Ministerio de Cultura de la provincia, en un concierto imponente ante más de 800 personas en la sala principal de ATE Casa España. La conducción estuvo a cargo del Maestro Silvio Viegas, que preparó a la Sinfónica y al Coro trabajando en conjunto con la Maestra Virginia Bono, titular de este último.
El encuentro tuvo un programa distinto a lo habitual, destinado a desplegar una sola obra: «Alexander Nevsky, Op. 78» de Serguéi Prokófiev. Se basó en la transmisión en dos pantallas gigantes de fragmentos cuidadosamente seleccionados de la película homónima de Serguéi Eisenstein del año 1938, que representa el intento de invasión de la República de Nóvgorod del siglo XIII por los Caballeros Teutónicos del Sacro Imperio Romano Germánico y su derrota por el príncipe Nevski en la batalla del Lago Peipus; acompañados por música en vivo.
Apertura con emoción
La apertura del concierto también fue atípica. Viegas y Bono, desde el podio, agradecieron a todo el público y anunciaron el retiro de dos artistas, la soprano Daniela Cavaglia y el trombonista Rubén Carughi. En el caso de este último, a los aplausos se sumó un tributo. Una versión reducida de la orquesta y algunos metales que se sumaron desde las gradas, ejecutaron una obra especial, compuesta por Emmanuel Chiappero (ex alumno de Rubén), para agasajar y despedir en su último concierto al instrumentista, integrante estable de la orquesta por 35 años, que llegó a su tiempo de jubilación. La obra se llamó como el homenajeado y la mayoría de los intérpretes bronces fueron sus alumnos, pasados y presentes. La imagen de Carughi dominado por una fuerte emoción, con lágrimas en sus ojos, fue el resumen perfecto de lo vivido en ese momento.
Entrando en contexto
Luego, el comunicador Ignacio Amarillo, responsable de Cultura de Diario El Litoral (entre tantas otras cosas) fue el encargado de brindar una antesala de color sobre lo que se iba a ver en las pantallas. Habló de ideas y conceptos que Eisenstein y Prokófiev instalaron en los fundamentos del cine y la música diegética, que existen como guías inevitables hasta el día de hoy para todo aquel que se aventure a indagar tanto en el lenguaje audiovisual como en el musical. Contó historias sobre la guerra teutónica, de rusos y alemanes, conectó datos y desenmascaró conceptos ocultos en los artilugios discursivos. Todo fue muy enriquecedor para entender la obra.
Entre tantos artistas en escenario -más de 150 personas entre orquesta y coro- destacó la actuación y la presencia de la mezzosoprano Daniela Coria, invitada como solista, para interpretar una de las secciones elegidas por Viegas. Ofreció una actuación absolutamente magistral, destacando por su control técnico impecable y su capacidad de transmitir emociones con una profundidad conmovedora. Su timbre cálido y uniforme, combinado con una proyección poderosa, llenó la sala de una manera que capturó completamente la atención del público. Cada nota fue interpretada con una afinación precisa. Fue una actuación que no solo cumplió, sino que superó todas las expectativas.

Por su parte, el trabajo conjunto de los dos organismos fue sublime. No trabajaron uno al lado del otro, trabajaron como uno. Se notó la fusión que se logra cuando las consideraciones particulares pasan a un segundo plano. Silvio Viegas fue el director de un organismo mixto, unificado, de un gigante artístico que se movió al ritmo de su batuta imparable.
Donaciones
Una de las condiciones de la entrada, sumada a la gratuidad, fue la solidaridad. La Sinfónica convocó voluntades para recaudar juguetes nuevos o en buen estado que fueron donados al Comedor de Madres Voluntarias de Santa Rosa de Lima, y el público sumó su granito de arena en una época tan sensible como suelen ser los fines de año.
Y de esta manera terminaba una exitosísima temporada de la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe. Un año que, como dijo su Maestro, presentó grandes desafíos. Un año difícil pero en el que siempre se contó con la presencia y perseverancia de un público extremadamente cálido y ávido de experiencias artísticas de alto nivel.