Martín Fraile Milstein y Édua Zádory pasaron por Santa Fe

La Orquesta Sinfónica Provincial, de la ciudad capital, actuó bajo la conducción del maestro argentino, sumando como invitada a la violinista austro-húngara.

La Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe se presentó el viernes 24 en la Sala Carlos Guastavino del Centro Cultural Provincial, brindando un concierto con dos artistas invitados: el Maestro argentino Martín Fraile Milstein y la violinista austro-húngara Édua Zádory. La sala estaba ocupada por un público variopinto que, habiendo retirados sus entradas gratuitas con anticipación, se dispuso a disfrutar del concierto.

El evento, dirigido por Fraile Milstein de forma apasionada, comenzó a las 21, como es habitual en las presentaciones del ensamble musical. El repertorio estuvo conformado por dos obras, una fue un re-estreno -segunda audición- y la otra un clásico conocido, garantía de éxito. La primera en ser tocada fue el re-estreno: el concierto para violín y orquesta «Humanidad» del compositor argentino Mauricio Charbonnier, integrante fundamental de la Asociación Argentina de Compositores que se encontraba en el recinto como convidado de honor. En esa ejecución participó como instrumentista principal la solista de violín extranjera Édua Zádory, dando cátedra de interpretación con su energía e histrionismo evidentes. Autodefinida como un pájaro libre, sin compromisos más que con su música, Édua voló entre cuerdas y arcos con un sonido clarísimo y emotivo. Llevó a todos a un viaje onírico permitiéndoles imaginar espacios comunes pintados desde su propio punto de vista. Fue majestuosa en su oficio y ovacionada al final. Tras la ovación propuso un bis, titulado «Cardón, para violín solo y chaj chas» compuesto por Hernán Quintela, también presente en la sala, y nuevamente fue reconocida por la audiencia.

La obra «Humanidad» fue dedicada por su compositor para Zádory y Fraile Milstein, y en el caso de «Cardón» fue escrita especialmente para Édua. Charbonnier y Quintela fueron invitados al momento de los aplausos respectivos de sus obras para ser presentados ante el público.

En segundo término fue Beethoven el autor citado interpretando su «Pastoral» («Sinfonía Nº6 en fa mayor, op. 68») siendo esta una adoración a la naturaleza y dicho por él mismo, según relatan algunos historiadores, «una expresión de sentimientos más que una pintura con sonidos».

Entre las dos piezas principales la noche se cargó de emoción y fueron un vehículo entre la música como expresión de amor y todos los que allí se encontraban. La temporada de conciertos de la Sinfónica santafesina está llegando a su fin y siguen apostando a la belleza de su arte como vínculo con el pueblo.

Entradas Relacionadas

Scroll to top