Un proceso de formación cultural implica un vínculo entre personas y supone un espacio y un tiempo compartido. Esa semilla es una primera escala de integración comunitaria que seguramente será posibilitadora de otras.
Si esos procesos formativos son promovidos por el Estado, están enfocados en comunidades específicas en aquellos barrios donde las necesidades son mayores y están destinados a las niñeces, adolescencias y juventudes, estamos entonces ante una decidida acción política que se propone democratizar el acceso a la cultura a través del fortalecimiento de las identidades territoriales.
Con esa misión viene a poner su estampa Barrio, Cultura Cotidiana: un programa del Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe que viene a decir que es posible construir comunidades más integradas, donde la cultura y sus diversos lenguajes posibiliten pensar en nuevos proyectos de vida para las niñeces, adolescencias y juventudes.