Reconocida como una de las cantantes y compositoras más importantes de la música rioplatense contemporánea, la uruguaya Ana Prada volverá a Rosario con un objetivo firme: reencontrarse con el público en la misma sala que la cobijó por primera vez en la ciudad. Acompañada por su banda, la talentosa cantautora ofrecerá un repertorio diverso, donde combina clásicos y nuevas canciones, en un show que tendrá lugar el domingo 11, a las 20, en el Teatro de Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza).
«El público se va a encontrar con un ramillete de canciones, algunas de los discos anteriores, algunas versiones de canciones nuevas que quiero hacer, y sobre todo se va a encontrar con las ganas que tenemos con toda la banda de volver a Rosario, ciudad que amo», adelantó Prada, que con esta función apuntará a un reencuentro con el público local: «Estamos en un momento durísimo donde lo individual cada vez se abre más camino en la existencia, y yo soy una convencida de que la salida es colectiva. Creo que son momentos de juntarse a cantar y a compartir algo, no importa quién está arriba o abajo del escenario sino compartir, hacer circular emociones. En este caso es a través de las canciones y de la música que hacemos. Tenemos ganas de reencontrarnos con la gente, tenemos ganas de cantar juntas y juntos con las personas que quieran arrimarse a este juego de emocionarse y de divertirnos un rato».
– Venís a un espacio público, a Plataforma Lavardén, un escenario que te recibe nuevamente. ¿Qué significa para vos?
– Para mí es un montón, porque fue el primer lugar en el que toqué en Rosario, con mi primer disco. Me acuerdo que la primer gira que hicimos fue junto a Fernando Cabrera. Fernando tocaba antes que yo, porque iba solo con la guitarra y yo le decía: «Fernando, ¿cómo vas a tocar vos antes que yo? ¿Estás loco?». Pero él me decía: «A mí acá todavía la gente me está conociendo». La cuestión es que se dio una cosa mágica ahí en Lavardén, porque en la prueba de sonido de Fernando nos sentamos todos alrededor de él, incluso gente de la técnica del teatro, y Fernando empezó a tocar las canciones para nosotros, ya había probado sonido y sonaba bárbaro, pero empezó a tocar canciones y le pedíamos canciones y cantábamos. ¡Como un fogón pero en un teatro! Fue una cosa hermosa en las maderas de ese escenario y en ese teatro precioso. Siempre me quedó eso grabado. Después todas las veces que estuve en Lavardén fueron re lindas, no solo porque la sala es preciosa, sino porque es un teatro grande pero a su vez la gente está cerquita, es un teatro que genera intimidad. También tengo otro recuerdo muy lindo que es la última vez que tocamos ahí con Patricia Kramer, la mamá de mi hijo Hugo, que es mi ex pareja en este momento, gran compositora y cantora. Con Pata teníamos un dúo con el que tocamos muchísimo por Argentina, y el último show fue en Lavardén: Pata tenía una panza de siete meses y medio, y tocamos a dúo, las dos solitas. Hay una foto de Pata con la guitarra eléctrica ¡con una panza como de medio metro! Así que es muy emotivo para mí volver a pisar esas tablas, esos escenarios que además han pisado otras y otros referentes tan importantes. Además yo soy de Paysandú, y cuando era niña, adolescente, todo lo que fue la Trova Rosarina y toda la movida de música ahí en Rosario llegaba quizás más que lo que llegaba desde Montevideo. Entonces para mí Rosario siempre ha sido un faro cultural, un faro de luz muy potente para toda la región. Me siento muy influenciada por la música argentina, por la música del litoral, y me siento parte de ese paisaje.