Noticia 28/07/2025

El Museo Marc suma a su patrimonio una litografía de 1875 con una vista inédita de Rosario

En el marco de su 75° aniversario, la Asociación Amigos del Museo Marc respeta su tradición con la donación de una obra gráfica del siglo XIX, única para la historia de la ciudad.

En el marco de su 75° aniversario, la Asociación Amigos del Museo Marc respeta su tradición con la donación de una obra gráfica del siglo XIX, única para la historia de Rosario, que el historiador Wladimir Mikielevich ya mencionaba en sus trabajos como parte de la historia de la iconografía urbana que era necesario completar. Hace tiempo, la actual comisión directiva presidida por Alberto Martin, junto al director del Museo, Pablo Montini, realizaron un arduo trabajo para lograr la adquisición de una vista inédita de la ciudad en uno de los más importantes anticuarios de la ciudad de Buenos Aires. La litografía, una pieza única de enorme valor para ciudad y que completaría la ya de por si importante colección del Museo Marc sobre el Rosario del siglo XIX, fue realizada por Jhoannes Schreiber (1842-1932).

Nacido en Alemania, Schreiber que emigró de joven a la Argentina, donde comenzó a trabajar en empresas litográficas de Rosario, encargadas de realizar planos, pagarés, periódicos satíricos, hasta billetes de banco. Schreiber trabajó en el establecimiento de Eduardo Fleuti, que realizó años antes la más conocida vista de la ciudad. Luego logró independizarse y establecer su propia casa de artes gráficas en la calle Aduana 134 (hoy Maipú). En 1875 pone a la venta su vista de Rosario, un documento iconográfico de la ciudad de entonces, impresa en varios colores, con una panorámica de la ciudad de lo alto desde el río, donde destaca las principales arterias del momento: la calle 25 de Diciembre, Buenos Ayres, Aduana, Bajada, Comercio y Tucumán. Las dimensiones de la litografía son las clásicas de la época: 54 x 72,6 cm., que se realizaban para la venta y para dar publicidad a la ciudad.

Además, la obra de Schreiber permite contar la historia del arte gráfico en Rosario relacionada con la historia política y comercial de la ciudad. El nombre de Schreiber estuvo vinculado a una situación policial que tuvo repercusión en los periódicos de la época y de la que el litógrafo alemán terminó reconocido. Esta pequeña historia consistió en que su patrón, E. Fleuti, lo acusó de sustraer billetes del Banco Provincial de Santa Fe de diez pesos fuertes y diez pesos bolivianos recién impresos, y falsificar las firmas del banco. Fleuti denunció a Schreiber, quien había renunciado un tiempo atrás con el propósito de establecer su propio establecimiento, pero en pocas horas se conoció que otro empleado de la litografía era el responsable. La injusta incriminación hecha por quien había sido su anterior patrón debió ser reconocida por éste, a través de una solicitada en todos los medios de prensa.

Tal como lo afirma el director de la institución, esta donación realizada por la Asociación de Amigos del Marc, que se ajusta a la política de colecciones de la institución, «ratifica que la mayor colección sobre Rosario del siglo XIX se encuentra en el Museo Histórico Provincial». En tanto, el presidente de la Asociación, Alberto Martin, testimonia sobre el origen de los fondos con los que se ha obtenido tan importante pieza para la ciudad: «Provienen de aportes que anualmente hacen los asociados, fondos complementados en este caso, con las donaciones anónimas recibidas en ocasión de la presentación pública y gratuita en el Museo Marc, en diciembre de 2024, del conjunto musical auspiciado por María Susana Costa y Maximiliano Chacón, quienes a su vez integran el grupo».

Hace 75 años, un grupo de rosarinas y rosarinos acompañados por Julio Marc, director del Museo Histórico Provincial de Rosario, se reunieron en la sede del Jockey Club con la opinión unánime de que el museo histórico provincial, de «incalculable valor histórico», reclamaba una declaración «enérgica y eficaz» para que pudiera seguir cumpliendo «los deseos de aumentar constantemente y conservar el acervo patrimonial».

Este grupo de personalidades de la ilustrada burguesía local, conformado, entre otros, por los coleccionistas Firma Mayor de Estévez y Domingo E. Minetti; por profesionales como Pablo Borras; por damas vinculadas a obras filantrópicas como Elena Fidanza, Ángela Castagnino o Susana Colombres, y por comerciantes y empresarios destacados como Ángel García -de la tienda La Favorita-, Federico Alabern, Ernesto Fábrega y Marcelo Martin, crearon el 26 de noviembre de 1950 la Asociación Amigos del Museo Histórico. En homenaje a Rosario, su misión era acrecentar el patrimonio y las acciones de difusión cultural del museo, invitando a todos los «que alienten sentimientos puros de argentinidad» y que encuentren en las colecciones del Museo «los fundamentos de la riqueza cultural y elementos orientadores que hablan de generaciones pasadas» de las que se sientan «herederos y sobre las cuales se vienen formando el devenir de una Patria grande y respetada”.

Durante su primera década de actuación fue la única asociación de amigos de museos y un destacado modelo a seguir por las que siguieron, señalada por los diarios más importantes del país. Habían logrado que muchas empresas y comercios locales colaboren con su obra, que se manifestó con la primera adquisición para la colección del museo: el retablo peruano de plata del siglo XVIII, único hasta hoy en un museo argentino. Bajo el experto consejo de Marc y Ángel Guido, las donaciones y las adquisiciones realizadas por su intermediación y con sus fondos fueron constantes y de gran valor histórico, artístico y económico, logrando que la colección del Museo Histórico Provincial de Rosario sea por su calidad, diversidad y extensión, una de las más importantes de Sudamérica.

A lo largo de la historia se convirtieron en los custodios no sólo de la colección sino también del edificio, que fue ampliado muchas veces con su colaboración. Fueron además promotores de muchas exposiciones, como la primera muestra de historia económica en Argentina, realizada en 1953 en la Bolsa de Comercio rosarina. También se constituyeron en el soporte legal para recibir los premios y subsidios de fundaciones nacionales e internacionales obtenidos por el equipo del museo.