Carolina Musa: “La poesía siempre es un campo en ebullición”

Esta nueva entrevista de la serie Letras Santafesinas tiene como protagonista a la escritora rosarina, que desarrolla un camino literario que se va abriendo a partir del asombro y el desorden que conlleva aquello que nos es desconocido. Su escritura ampara la simpleza de habitar lo que nos rodea.

(Texto: Gabriel Zuzek) La obra de Carolina Musa se inscribe en la capacidad de asombrase ante lo simple pero, una vez liberada de la vía esclarecida, también se entromete en las dificultades que conlleva esa extrañeza inicial. Es una escritura que atraviesa el misterio, raptos de silencio, lo esencial de una conciencia a punto de ser rastreada y que se empeña en afinar una calma que puede desmoronarse al minuto siguiente.

– Hace más de diez años que venís publicando libros y trabajando en relación a la poesía en diferentes proyectos, ¿en qué momento te parece que está la poesía actualmente a nivel nacional y provincial?

– Trabajo como editora, con Libros Silvestres, desde hace 10 años. Mi relación con la escritura y con la literatura se podría decir que tiene otra década más y de hecho me considero un poco des-generada: escribo poesía, pero también cuentos y acabo de publicar una novela («Taxidermia», con Baltasara Editora). Creo que la poesía siempre es un campo en ebullición y valorarla en ese sentido es una tarea de lxs críticxs y/o de la historia.

– ¿Qué es lo que te interesa indagar cuando decidís que vas a escribir un nuevo libro de poesía?

– Para ser franca nunca decido escribir un libro de poesía, me refiero a tomar una decisión como un hecho fundante. No es una decisión que tomo y luego procedo. La poesía, decía Padeletti (y estoy citando malamente, de memoria), “se hace queriendo y sin querer: golpeas en esta costa y se juntan arenas en la otra”. Los poemas atraviesan el cuerpo y se van juntando un poco por contigüidad, al menos para mí hay un momento en que veo que el libro ya está escrito y ahí tomo la decisión de publicarlo o no, o de mandarlo a un concurso como en el caso de mi último libro de poesía que este año ganó una de las menciones del premio provincial José Pedroni (sigue inédito). Es un libro coral donde hablan muchas mujeres (que podrían ser una sola) en primera persona, hablan a destajo, cuentan secretos, infidencias y se ríen de sí mismas.

– ¿Qué rol cumple en tu escritura el tema de la territorialidad?

– En los cuentos de «En el cuerpo quién sabe» y los poemas de «La curva de Ebbinghaus» se podría decir que la territorialidad es una marca notable. Es decir, no podrían haber sido escritos sin mi propia vivencia en el interior de Salta (en Orán, donde pasé la infancia y adolescencia). Mi novela «Taxidermia» transcurre en la Rosario del año 2003, en un espacio conocido por mucha gente como es el museo de Ciencias Naturales. Aunque en ningún caso tengo una ambición historiográfica, esas marcas territoriales se cuelan en la escritura. Pero no es un norte para mí. Otros temas me interesan más: la memoria, los secretos, los desajustes de la percepción, la vivencia urbana del mundo natural.

– ¿La poesía te parece que es una zona de alivio dentro del mapa literario o una forma de resistencia ante ciertos cánones establecidos?

– Para mí la poesía es un espacio de exploración. No sé si alivia algo más que las propias necesidades del/la/le poeta y definitivamente no creo que sea una forma de resistencia a cánones establecidos. La poesía tiene sus cánones también, y ciertas estructuras cristalizadas que habilitan o legitiman o dejan afuera.

– ¿Cuál te parece el papel del Estado provincial con respecto a la literatura en Santa Fe?

– Yo vengo de un pueblo (léase provincia/región) donde el fomento para las artes es prácticamente inexistente. En Santa Fe existen un montón de mecanismos de fomento como premios provinciales, concursos provinciales y municipales, subsidios para proyectos, festivales, mecanismos para participar en ferias locales y nacionales, incluso tenemos ahora una librería municipal, que en definitiva son oportunidades.

– ¿Qué es lo mejor y lo peor que te dio la literatura?

– Lo mejor: lxs amigxs, las muchas vidas vividas a través de los libros. ¿Lo peor? Burócratxs y egocéntricxs, aunque ni más ni menos que en cualquier otro campo, supongo.

Sobre la autora

Escritora y editora nacida en Rosario en 1975. Licenciada en Comunicación Social por la UNR. Desde 2014 dirige el sello infantil Libros Silvestres y desde 2018 es responsable de la colección Alfa (poesía de autores emergentes) de la editorial Biblioteca Vigil. En 2020 co-fundó Brumana Editora. Publicó los libros «En el cuerpo quién sabe» (cuentos, 2014) y «La curva de Ebbinghaus» (poemas, 2016) con Baltasara Editora. Ha publicado además los libros de poesía «Acústico» (2011), «Mariposas mutantes en Fukushima» (2015) y «La soberana idiotez» (2020); el proyecto interactivo «Abductor» (Premio Plataforma Futuro 2017), y los infantiles «Cabeza de flor» (2016) y «El amarillo» (2019).
En 2023 recibió una mención del Premio provincial de Poesía José Pedroni por su obra Treinta y seis, y en dos oportunidades obtuvo la Beca a la Creación del Fondo Nacional de las Artes por las novelas Contrapunto (2022) y Taxidermia (2017), que también fue finalista del Premio Futurock Novela en 2021.

Entradas Relacionadas

Los Aleros de VGG reabren sus puertas

Los Aleros de VGG reabren sus puertas El Nahuel Huapi, en Pellegrini 2849, y La Esperanza, ubicado en Peñaloza 570, volverán a recibir visitas el sábado 27 y domingo 28, respectivamente. Las actividades se desarrollarán desde las 14, con entrada gratuita. El Ministerio de Cultura reabrirá dos espacios esenciales del sur santafesino: los Aleros...

Scroll to top