Apadrinada por Andrés Calamaro en su debut discográfico, allá por comienzos de los 90, Los Rancheros se convirtió en una de las bandas más taquilleras de aquella década. Con su combinación de rock, pop y baladas, el grupo se mantiene vigente y ampliando su repertorio, que en estos días sumó un nuevo disco: «En la radio». De mano de esa novedad, y con todos sus clásicos a cuestas, Los Rancheros regresarán a Rosario este viernes 30 de mayo, con un show que se anuncia a las 21 en el Teatro de Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza).
Meno Fernández, cantante y compositor del grupo que completan Julián Meza (bajo y coros), Riqui González (batería y coros), Manu Pineda (teclados y coros) y Sergio Boaglio (guitarra y coros) adelantó las características del espectáculo: «Estamos en el medio de una gira presentando en esta ciudad maravillosa el nuevo proyecto de Los Rancheros y obviamente también trayendo los clásicos de siempre, que son clásicos atemporales, que son canciones inoxidables y sin tiempo, porque siguen en el corazón de todos y están girando permanentemente».
«Siempre digo que son canciones que ya perdieron dueño porque ya no son más mías -remarcó el cantante-. Los chicos las cantan en los parques, en la plaza, tocan ‘El Che y los Rolling Stones’ y no saben ni que son mías. Yo me paro al lado de ellos y les digo: ‘Che, esa canción es mía’ y se sorprenden. El otro día estábamos caminando por Villa Gesell, había un fogón y había pibes cantando temas míos. Me paré al lado de ellos y los miraba… Creo que cuando una canción pasa a ser de la gente y deja de ser del dueño original, se convierte en una canción popular y es lo mejor que te puede pasar como compositor y autor».
– Están presentando álbum nuevo, ¿cómo se hace para crear nuevos éxitos? ¿Se animan a la nueva industria con todos los cambios, con múltiples plataformas?
– No es que no pensamos en que es música nueva y que hay una competencia, ni que cambiaron las cosas. Creo que nosotros somos Los Rancheros desde el día que nacimos, desde el primer día que nos descubrió Andrés Calamaro tocando en un barcito hasta el día de hoy, y que nos quieren por eso. Eso nos toca el corazón.
– ¿Cómo fue ese momento?
– Fue mágico porque estábamos tocando en un bar en Castelar, en el Gran Buenos Aires, y estaba Andrés. Empezamos a tocar y en un momento yo lo miro al tecladista, a Miguel, y le digo: «Che, Miguel, ¿está sentado Andrés Calamaro?» Estaba con Javier Martínez, que era baterista de Manal, y yo digo: «No puede ser». Nosotros éramos pibes de barrio, estábamos tocando ahí y de pronto terminamos de tocar y Andrés se viene al camarín y me dice: «Che, me encantó esta banda». Era el momento de Calamaro solista, post Abuelos de la Nada, previo a Los Rodríguez. Andrés vino al camarín y nos dijo: «Quiero grabar esta banda, me encanta». Terminó de grabar nuestro álbum y se fue a España a formar Los Rodríguez. ¡De hecho me robó una campera de cuero que usa en el video de ‘Sin documentos’, que está subido en una montaña! Esa campera de cuero es mía, ¡qué lujo! A partir de ahí empezó la magia, aunque fue un álbum no tan conocido, porque el primer álbum de Los Rancheros fue muy lugareño, muy porteño y del under. Recién cuando sale «Tierra Bendita», el segundo álbum, sale el tema «Casualidad», que explota y se pone el número uno en todo el país. Ahí empezó, y sigue hasta el día de hoy, no se detuvo nunca.
– ¿Qué sienten cuando escuchan otras canciones, nuevos artistas y otros estilos musicales que son tan cuestionados?¿Qué les pasa cuando escuchan eso?
– Depende… hay algunos chicos que hacen cosas que están muy bien. La música que está hecha con buena onda y con corazón es inoxidable y va a perdurar, son canciones que tienen sentido y que tienen melodía y tienen poesía, no tienen techo, el techo es el infinito. También hay música nueva que ya llegaron al techo y no hay más que eso, ya no podés seguir monotónico todo el tiempo en una sola notita cantando la misma propuesta, dos para acá, tres para allá. A muchos se les acabó la poesía o por ahí la descripción de la violencia del barrio, del pibe tomando birra a la esquina, ya está. Y yo creo que estos chicos, que son valiosos también porque son parte de estas nuevas generaciones, se están dando cuenta de eso y están rescatando la esencia de lo que es la música argentina para ir trasladándola a su modo de hoy. Creo que hay una convivencia pero todavía no terminó de madurar lo nuevo.
– ¿En que qué categoría ingresan Los Rancheros?
– Entramos en todas, yo creo que hacemos música popular. Por suerte no estamos enrolados en el rock definitivamente, pero somos parte del rock. Somos pop y hacemos baladas. Y cuando dicen que hacemos música romántica, está bien, hacemos música romántica, pero no describimos a la mujer como un objeto, sino la mujer como parte esencial de la vida. No vas a encontrar en Rancheros ninguna canción que describa a una mujer por sus piernas, por sus ojos, por su físico, no hay ninguna canción que describa, sino habla de la magnificencia y de lo importante que es ese ser increíble en nuestras vidas. Creo que eso nos diferencia también con la música romántica: no somos los románticos de la pollerita ni de la patita. Entonces creo que tenemos un estilo que es popular y que va para todos.
– ¿Con qué se va a encontrar el público?
– Bueno, ante todo no tenemos eso que tienen algunos artistas del egoísmo de decir: «Vengo a presentar un álbum nuevo y se van a tener que comer el bajón de escuchar todas las canciones nuevas». La idea nuestra es hacer un concierto popular, en donde vamos a tocar del primer al último álbum de Rancheros. Obviamente rescatando las canciones más populares y algunas sorpresitas también. Y vamos a presentar obviamente canciones nuevas. Pero no invasivamente. Vamos a tocar todo lo popular, todo lo conocido, más lo nuevo.
– ¿Qué público ven? ¿Ven los de siempre? ¿Ven que se está sumando gente nueva? ¿Ven renovación?
– Sí, hay de todo un poco. Está el nostálgico que convivió con la década del 90, las excursiones a Bariloche en los colegios, y están también los que a través del tiempo conocieron nuestra música por sus padres o por las radios. Y los pibes que hacen música, los músicos que de pronto tocan canciones nuestras. Es bastante variado el público, los que van descubriendo a Los Rancheros nuevos y los clásicos.