Mocchi: “Mi motivación más grande tiene que ver con hacer un poco más amoroso el tránsito por el planeta”

El notable cantante y compositor uruguayo volverá a presentarse en Plataforma Lavardén. El encuentro se realizará el sábado 16, a las 21, en el Gran Salón, en el marco de la programación de Mes M: mujeres, memoria, movimiento.

(Texto: Edgardo Pérez Castillo) Mocchi no planifica la revolución, la ejerce. La sostiene a diario, a fuerza de arte y canciones, porque es una revolución constante, de largo aliento, y con un objetivo preciso: “Siento que quiero hacer todas las cosas que pueda para hacer de la experiencia de la vida una cosa más amena, no solamente para mí sino para toda la gente que me rodea y la que vendrá después. Eso me parece que es mi proceso revolucionario”, explica el notable compositor y músico uruguayo, que este viernes 16 de marzo regresará a Plataforma Lavardén para traer algunas canciones inéditas y, tal vez, repasar parte de las incluidas en los cuatro discos que lo consagraron como un autor esencial de la canción rioplatense.

Programado para dar comienzo a las 21 en el Gran Salón de Lavardén (Mendoza 1095, 5to piso, Rosario), el concierto no tiene un recorrido predefinido. “A partir de lo que va sucediendo con el público se va definiendo la lista de temas”, explica Mocchi, que celebra la posibilidad de volver a presentarse en un espacio cultural público: “Me parece espectacular que existan espacios como Lavardén, son necesarios, los merecemos. En este momento es muy flashero sentir que tenemos suerte de poder tocar en un espacio cultural público. Yo tenía varias fechas que se cayeron por el gobierno nacional, porque eran lugares del Estado. La última vez que tocamos en una sala pública en Buenos Aires fue en el C3 (Centro Cultural de la Ciencia), donde la gente que trabaja lloraba porque, si bien todavía tienen trabajo, no iban a tener más programación. Fue tremendo. Estábamos siendo parte del último show de una sala espectacular, con un personal realmente comprometido. Por eso tocar en Lavardén me da mucha gratitud. Y me genera también mucha responsabilidad, porque creo que tenemos que ocupar todos los espacios que podamos, públicos y privados. Viendo cómo hacemos para que estos espacios sigan existiendo”.

En línea con una práctica que viene desarrollando desde hace ya algún tiempo, Mocchi traerá consigo canciones que el público escuchará por primera vez. Canciones que, en algunos casos, tendrán condición de estreno absoluto: “Hace dos shows que estamos arrancando con canciones que la banda no tocó nunca. Pasa algo muy lindo: es increíble la cara de la gente cuando escucha la canción por primera vez. Generalmente no vemos eso, porque descubren las canciones en la intimidad de Spotify con una canción que ya fue grabada. Pero acá se genera algo muy distinto. Vengo en un proceso de investigación de éso. Porque Mañana será otro disco (2015) y 1990 (2022) son discos que veníamos tocando y las canciones fueron tomando forma en vivo. Pero tocar en vivo una canción por primera vez y ver la reacción del público es algo que pasa por única vez”.

– ¿La certeza del dolor, tu último disco, también tuvo esa dinámica?

– No tanto, porque si bien venía tocando las canciones en vivo, no fue tan así porque fue un disco muy espontáneo, que grabé más de un día para otro. Hay varias canciones de La certeza del dolor que yo terminé para grabarlas. Pasé por un momento de juzgarme mucho, juzgarme en lo que quería decir, porque es una gran responsabilidad dejar algo para siempre, más en este momento donde cualquier cosa que decís queda para la eternidad. Por eso demoré tanto en grabar 1990, pero ya con La certeza del dolor fue como… “que digan lo que quieran, que la gente interprete lo que quiera”.

– Las canciones siempre se resignifican en función de quién las escucha, y seguramente habrá interpretaciones que te comparten y no van en línea con lo que vos imaginaste al componerlas. En ese marco, el título La certeza del dolor invita a una búsqueda, a pensar cuál es esa certeza, o cuál es la certeza del dolor para Mocchi y cuál para mí que escucho las canciones…

– Totalmente. A cada quien le tocará una certeza diferente. En mi caso, me pasó que en ese momento me estaba doliendo tanto todo que empecé a sacar cosas para afuera. Lo que me quedaba era crecer y ser un poquito más fuerte, fortalecerme en ese crecimiento. Es como cuando te cortás y la marca que queda en la piel se hace más grande, literal, se forma algo en la piel que… pocas veces es un pozo. El crecimiento pasa un poco por ahí.

– Aunque en tu arte el hilo conductor es la canción, estás en actividad constante y en diversos rubros artísticos. ¿Qué te impulsa a ir por un lado u otro, a producir un documental o involucrarte en otros géneros artísticos?

– Siento que quiero hacer todas las cosas que pueda para hacer de la experiencia de la vida una cosa más amena, no solamente para mí sino para toda la gente que me rodea, y la que vendrá después. Eso me parece que es mi proceso revolucionario, en el impacto que puede tener mi huella, que es mínimo al lado del impacto que pueden tener otras personas. En mi caso, la motivación más grande para hacer cualquier cosa pública tiene que ver con hacer del mundo un lugar un poco más amable, hacer un poco más amoroso el tránsito por el planeta. Y en ese tránsito voy descubriendo cosas. Obviamente me encantaría pintar un cuadro y conmover a alguien, pero no me saldría, y hoy en día son las canciones las que me permiten… no digo cambiar el mundo con lo que digo, pero sí siento que puedo cambiar un pedacito de mundo. En este momento la herramienta es la canción, mañana puede ser otra cosa, entonces voy habitando diferentes mundos. Hago muchas cosas, pero sí: soy una persona que quiere cambiar el mundo, un terco empedernido.

– Deberíamos reflexionar hasta qué punto hemos llegado como sociedad, como humanidad, para que resulte revolucionario intentar vivir armónica y amorosamente, algo que debería ser absolutamente natural…

– Totalmente. Es que también nos perdemos creyendo que la revolución se hace de formas que ya fueron, o creer que hacer la revolución es de una manera que es además un peso. Hacer la revolución también es ser lo mejor que puedas, pelear por tus derechos y los de la gente que tenés al lado y no sean los tuyos. En ese sentido me parece que a veces se confunde un poco la cosa. Si querés cambiar el mundo de un momento a otro, que mañana se dejen de matar animales y los seres humanos dejen de matarse entre ellos… la verdad es que no lo voy a poder hacer con canciones. Pero sí creo que puedo generar un impacto, emocionar a alguien, conmover. Son otros mecanismos y esa es mi movida, comunicarle a la gente (que en muchos casos lo hago) que es muy poderoso cuando tenemos con quién luchar. Generar un espacio donde uno se puede manifestar con la gente, donde obviamente capaz que no logramos un impacto en los altos círculos del poder, pero sí sentirnos más contenidos. Es necesario tener espacios de contención.

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